Leccionario Santoral: Ef 3, 8-12; Sal 88, 2-5. 21-22. 25. 27; Jn 10, 11-16.
LECTURA Is 40, 1-11
Lectura del libro de Isaías.
¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios! Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está pagada, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados. Una voz proclama:¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies! Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor. Una voz dice: «¡Proclama!». Y yo respondo: «¿Qué proclamaré?». «Toda carne es hierba y toda su consistencia como la flor de los campos: la hierba se seca, la flor se marchita cuando sopla sobre ella el aliento del Señor. Sí, el pueblo es la hierba. La hierba se seca, la flor se marchita, Pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre». Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!». Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Como un pastor, Él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz. Palabra de Dios.
Comentario: Las buenas noticias para los desterrados de Israel son saber que su Dios siempre los acompaña y consuela. Pero esta esperanza no hubiera sido real sino desde la propia predicación profética, que está cimentada en la Palabra de Dios. Una “voz que clama por el gran retorno”: Porque es Dios quien inspira y respalda a quien lleva su mensaje de esperanza.
SALMO Sal 95, 1-3. 10-13
R. ¡El Señor viene a gobernar la tierra!
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. R.
Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. Digan entre las naciones: «¡El Señor reina! El Señor juzgará a los pueblos con rectitud». R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. R.
Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. R.
ALELUIA
Aleluia. El día del Señor está cerca; Él vendrá a salvarnos. Aleluia.
EVANGELIO Mt 18, 12-14
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre de ustedes, que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. Palabra del Señor.
Comentario: La parábola del pastor que sale por la oveja perdida es la oferta de amor que Dios, como Padre, da a quien se encuentra en una vida sin sentido. Porque el pastor que va al encuentro de la oveja perdida no es signo de mayor amor a esta última ni de desamor por las que están seguras, sino que es “garantizarles amor” a las que lleguen a perderse. Por eso, una conducta errada no puede desvalorizar a una persona, porque Dios no da a nadie por perdido.