Lectura de la profecía de Amós.
Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: «¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo». Aquel día –oráculo del Señor– Yo haré que el sol se ponga al mediodía, y en pleno día cubriré la tierra de tinieblas; cambiaré sus fiestas en duelo y todos sus cantos en lamentaciones; haré que todos se ciñan un sayal y que se rapen todas las cabezas; haré que estén de duelo como por un hijo único, y su final será como un día de amargura. Vendrán días –oráculo del Señor– en que enviaré hambre sobre el país, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de escuchar la palabra del Señor. Se arrastrarán de un mar a otro e irán errantes del norte al este, buscando la palabra del Señor, pero no la encontrarán. Palabra de Dios.
Comentario: Junto con denunciar el nivel de corrupción en Israel, el Profeta anuncia que la insatisfacción y zozobra serán los signos evidentes de castigo. Así, Dios se silenciará con su pueblo hasta no encontrar un cambio de conducta. Solo hasta que vino la palabra encarnada de Dios, Jesús, permitió al hombre reflexionar sobre su conducta y discernir su opción de vida, con o sin Dios.
R. ¡Yo te busco de todo corazón, Señor!
Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón. Yo te busco de todo corazón: no permitas que me aparte de tus mandamientos. R.
Mi alma se consume, deseando siempre tus decisiones. Elegí el camino de la verdad, puse tus decretos delante de mí. R.
Yo deseo tus mandamientos: vivifícame por tu justicia. Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos. R.
Aleluia. «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré», dice el Señor. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: “Yo quiero misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». Palabra del Señor.
Comentario: La vocación es una forma de sanación; quien es llamado, es perdonado. Mateo, al ser invitado por Jesús, es liberado de la esclavitud del dinero para pasar a una forma de enfrentar y ganarse la vida más apropiadamente. Jesús, como buen comensal, aprovecha la instancia de la comida compartida con los más discriminados para dar una señal inequívoca de cómo es su Reino.