Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo. Siento una gran tristeza y un dolor constante en mi corazón. Yo mismo desearía ser maldito, separado de Cristo, en favor de mis hermanos, los de mi propia raza. Ellos son israelitas: a ellos pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto y las promesas. A ellos pertenecen también los patriarcas, y de ellos desciende Cristo según su condición humana, el cual está por encima de todo, Dios bendito eternamente. Amén. Palabra de Dios.
Comentario: Para el Apóstol es un enigma que su pueblo, por siglos esperando al Mesías, no lo haya sabido acoger en la persona de Jesús. Pero la autosuficiencia y orgullo de saberse «hijos de Israel» y convertidos los hacía sentirse mejores que «otros» o privilegiados. No obstante, san Pablo es apóstol de los paganos y también hermano de los judíos, que lo lleva a expresar su afecto de familia y solidaridad sin distinción.
R. ¡Glorifica al Señor, Jerusalén!
¡Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión! Él reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de ti. R.
Él asegura la paz en tus fronteras y te sacia con lo mejor del trigo. Envía su mensaje a la tierra, su palabra corre velozmente. R.
Revela su palabra a Jacob, sus preceptos y mandatos a Israel: a ningún otro pueblo trató así ni le dio a conocer sus mandamientos. R.
Aleluia. «Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen», dice el Señor. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de Él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: «¿Está permitido sanar en sábado o no?». Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: «Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?». A esto no pudieron responder nada. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús denuncia aquella manera tan equivocada e interesada de defender la Ley y el precepto sabático. Su actitud suscita el estupor de los judíos; el reino para estos últimos es la observancia de la Ley hasta el final; en cambio, para Jesús el Reino y su banquete comienzan con el don de curación y de perdón a los enfermos y oprimidos. La plenitud de Dios no viene sobre el mundo únicamente, de una observancia rigurosa de ritos, sino desde el amor que crea y sana.