Gloria. Prefacio propio.
LECTURA Apoc 5, 11-14
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, oí la voz de una multitud de Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Su número se contaba por miles y millones, y exclamaban con voz potente: «El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza». También oí que todas las criaturas que están en el cielo, sobre la tierra, debajo de ella y en el mar, y todo lo que hay en ellos, decían: «Al que está sentado sobre el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y poder, por los siglos de los siglos». Los cuatro Seres Vivientes decían: «¡Amén!», y los Ancianos se postraron en actitud de adoración. Palabra de Dios.
O bien: Flp 2, 6-11
Comentario: Jesús, el Cordero sacrificado por nosotros, es el gran testimonio del amor de Dios por los seres humanos. Él libremente y por amor, dio su vida de manera cruenta, y hoy merece todo nuestro amor y gloria. Él es quién tiene todo el poder para dar sentido a nuestra vida. ¿Quién más ha dado su vida por nosotros siendo él inocente?
SALMO Sal 77, 1-2. 34-38
R. No olviden las proezas del Señor.
Pueblo mío, escucha mi enseñanza, presta atención a las palabras de mi boca: yo voy a recitar un poema, a revelar enigmas del pasado. R.
Cuando los hacía morir, lo buscaban y se volvían a Él ansiosamente: recordaban que Dios era su Roca, y el Altísimo, su libertador. R.
Pero lo elogiaban de labios para afuera y mentían con sus lenguas; su corazón no era sincero con Él y no eran fieles a su alianza. R.
El Señor, que es compasivo, los perdonaba en lugar de exterminarlos; una y otra vez reprimió su enojo y no dio rienda suelta a su furor. R.
ALELUIA
Aleluia. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu cruz has redimido al mundo.
EVANGELIO Jn 3, 13-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo: “Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna. Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús en la Cruz ha sido elevado para nuestra salvación. ¿Y qué significa eso? No solo que terminada nuestra vida terrena podamos gozar de una vida plena, sino que desde ya, podamos gozar de una de una vida humana plena amando como él lo hizo, dando la vida.