Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro.
Hermanos: La salvación ha sido el objeto de la búsqueda y la investigación de los profetas que vaticinaron sobre la gracia destinada a ustedes. Ellos trataban de descubrir el tiempo y las circunstancias señaladas por el Espíritu de Cristo, que estaba presente en ellos, y anunciaba anticipadamente los sufrimientos reservados a Cristo y la gloria que les seguiría. A ellos les fue revelado que estaban al servicio de un mensaje destinado no a sí mismos, sino a ustedes. Y ahora ustedes han recibido el anuncio de ese mensaje por obra de quienes, bajo la acción del Espíritu Santo enviado desde el cielo, les transmitieron la Buena Noticia que los ángeles ansían contemplar. Por lo tanto, manténganse con el espíritu alerta, vivan sobriamente y pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo. Como hijos obedientes, no procedan de acuerdo con los malos deseos que tenían antes, mientras vivían en la ignorancia. Así como Aquél que los llamó es santo, también ustedes sean santos en toda su conducta, de acuerdo con lo que está escrito: “Sean santos, porque Yo soy santo”. Palabra de Dios.
Comentario: El Autor en esta especie de himno presenta una profesión de fe y recitada en un clima de oración. Esta vida nueva del cristiano tiene su fuente en el designio misericordioso de Dios Padre, llevada a cabo, en la muerte y resurrección de su Hijo, Jesús. Por eso, su conducta ha de ser la de un fiel hijo de Dios, que vive este tiempo presente con alegría, es decir, vivir sobriamente y en presencia de él.
R. ¡El Señor manifestó su victoria!
Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. R.
Aleluia. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Pedro le dijo a Jesús: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros». Palabra del Señor.
Comentario: Ante la afirmación de san Pedro por haberlo dejado todo al seguir a Jesús, él le responde: la salvación es un don de Dios y compartir la vida con él y los pobres tiene su recompensa. En la comunidad, el amor de Jesús nos da el ser hermanos compartiendo la vida y la fe. ¡Qué hermoso es ver cuando entre cristianos se da esta comunión! Se acompaña a quien tiene un dolor, se ayuda a quien pasa una difícil situación económica, se ve todo a través las necesidades del otro y de los ojos de la fe.