Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Voy a hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al servicio de la justicia para alcanzar la santidad. Cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia. Pero, ¿qué provecho sacaron entonces de las obras que ahora los avergüenzan? El resultado de esas obras es la muerte. Ahora, en cambio, ustedes están libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su resultado, la Vida eterna. Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús, nuestro Señor. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo entiende que dos esclavitudes se presentan al cristiano como opción de vida: la esclavitud al pecado y la esclavitud a Cristo. De este modo, el pecado conduce a sus esclavos a la muerte, mientras que la «obediencia» a Cristo conduce a la salvación y a la vida. Por eso reafirma la idea de que antes eran esclavos del pecado, ahora, por la gracia de Dios, se han liberado del pecado y son esclavos de la justicia.
R. ¡Feliz el que pone su confianza en el Señor!
¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.
Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento, porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.
Aleluia. Considero todas las cosas como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a Él. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra. Palabra del Señor.
Comentario: La Palabra del Señor casi siempre provoca alguna división. Sobre todo entre quien la acoge y quien la rechaza. Por eso, a veces, en nuestro corazón se enciende un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de las Palabras de Jesús, pero al mismo tiempo las rechazamos porque nos cuestionan, nos ponen en dificultad y nos cuesta demasiado observarlas. No obstante, la Palabra de Dios es poderosa, fuerte en la humildad y también en la de¬bilidad. Su poder es el del amor, pero no cualquier amor, sino aquel amor que nos hace respetar, acoger y aceptar incluso a quienes no nos agradan.
1 Comment
Gloria a Ti Señor Jesús…