Leccionario Santoral: Gn 12, 1-4 (o bien: 1Cor 12, 31−13, 13); Sal 33, 2-11; Mt 19, 27-29.
Semana 25ª durante el año. Semana I del Salterio.
Lectura del libro de los Proverbios.
No niegues un beneficio al que lo ne¬cesite, siempre que esté en tus manos hacerlo. No digas a tu prójimo: «Vuelve después, mañana te daré», si tienes con qué ayudarlo. No trames el mal contra tu prójimo, mientras vive confiado junto a ti. No litigues con un hombre sin motivo, si no te ha causado ningún mal. No envidies al hombre violento ni elijas ninguno de sus caminos. Porque el hombre perverso es abominable para el Señor, y Él reserva su intimidad para los rectos. La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero Él bendice la morada de los justos. Él se burla de los insolentes y concede su favor a los humildes. Palabra de Dios.
Comentario: El libro de los Proverbios propone una serie de deberes y distintas motivaciones para la práctica del bien. Además, concibe el concepto de “prójimo” no únicamente como compañero, comensal o amigo, sino que considera a “todos” los hombres. Para él, la medida de la caridad es la “necesidad” del prójimo y la posibilidad de ayudarlo, siempre y cuando, se pueda ayudar.
R. ¿Quién habitará en tu Casa, Señor?
El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado; el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así nunca vacilará. R.
Aleluia. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en uste¬des, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado. Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener. Palabra del Señor.
Comentario: El Señor ha venido al mundo para darse a conocer y para que su vida que, es luz, ilumine el caminar de la vida cristiana. Por eso que la luz del evangelio y de la fe es dada para comunicarla y com¬partirla. Aquel que no tenga la capacidad de apertura y disponibilidad, terminará por perder todo incluso aquello que cree que le pertenece y le da seguridad.