Prefacio de Adviento I o II.
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye para tu provecho, el que te guía por el camino que debes seguir. ¡Si tú hubieras atendido a mis mandamientos, tu prosperidad sería como un río, y tu justicia, como las olas del mar! Como la arena sería tu descendencia, como los granos de arena, el fruto de tus entrañas; tu nombre no habría sido extirpado ni borrado de mi presencia. Palabra de Dios.
Comentario: Suena un poco extraño este texto. Saliendo de las profecías de dicha y felicidad, Isaías pasa a oráculos más bien pesimistas. Sin embargo, a pesar de sus infidelidades, el pueblo de Israel es motivado para salir de Babilonia e iniciar un camino glorioso y de reconstrucción, porque están dentro del plan de salvación de Dios.
R. ¡El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la Vida!
¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.
Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.
Aleluia. El Señor vendrá, salgan a su encuentro; Él es el príncipe de la paz. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud: ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: «¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!». Porque llegó Juan el Bautista, que no come ni bebe, y ustedes dicen: «¡Está endemoniado!». Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores». Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús responde sobre su persona y su misión. Él no teoriza sino que señala una praxis concreta y liberadora: los milagros y signos realizados que tienen como favorecidos a los más pobres y excluidos. Porque son sus palabras y acciones las que definen su mesianismo, que no es un mesianismo fácil y triunfalista, ya que no se identifica con los «privilegiados», sino con aquellos que no tienen cómo retribuir.