Leccionario Santoral: 2Cor 10, 17─11, 2; Sal 30, 3-4. 6.8. 16-17; Mt 25, 1-13.
Prefacio de la memoria.
LECTURA Sof 3, 9-13
Lectura de la profecía de Sofonías.
Así habla el Señor: Yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el Nombre del Señor y lo sirvan con el mismo empeño. Desde más allá de los ríos de Cus, mis adoradores, los que están dispersos, me traerán ofrendas. Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones con las que me has ofendido, porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes que están en medio de ti, y ya no volverás a engreírte sobre mi santa Montaña. Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el Nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe. Palabra de Dios.
Comentario: Sofonías augura una promesa de restauración. Pero también un estado de purificación universal que terminará en la salvación centrada en Jerusalén. Allí terminará de plasmarse “el resto de fieles”, donde Dios hará efectivas sus promesas. Este resto pobre y humilde será testigo de una nueva época marcada por la paz, la justicia y la alegría.
SALMO Sal 33, 2-3. 6-7. 17-19. 23
R. El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
El Señor rechaza a los que hacen el mal, para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando los justos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. R.
El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. El Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en él no serán castigados. R.
ALELUIA
Aleluia. Ven, Señor, no tardes; perdona los pecados de tu pueblo.
EVANGELIO Mt 21, 28-32
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: ‘Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña’. Él respondió: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y éste le respondió: ‘Voy, Señor’, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?”. “El primero”, le respondieron. Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”. Palabra del Señor.
Comentario: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? La pregunta de Jesús no busca poner en jaque a las personas, simplemente quiere que estas depuren y purifiquen sus intenciones. Por eso, lo que importa no son las apariencias, sino el interior de la persona: el que honra a Dios no es el que observa unos rezos o ritos externos, sino el que hace su voluntad y vive de acuerdo con las enseñanzas y la persona de Jesús.
1 Comment
Gloria a Ti Señor Jesús…