Santa María en Sábado. Blanco. Prefacio de la Virgen María, I.
Encuentro de dos Mundos. Feriado Nacional.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: La Ley escrita sometió todo al pecado, para que la promesa se cumpla en aquéllos que creen, gracias a la fe en Jesucristo. Antes que llegara la fe, estábamos cautivos bajo la custodia de la Ley, en espera de la fe que debía ser revelada. Así, la Ley fue nuestro guardián, hasta que llegara Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Y ahora que ha llegado la fe, no estamos más bajo la custodia de un guardián. Porque todos ustedes, por la fe, son hijos de Dios en Cristo Jesús, porque habiendo sido bautizados en Cristo, han quedado revestidos de Cristo. Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús. Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos en virtud de la promesa. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo tiene en su mente no solo la Ley judía, sino a todo elemento del orgullo humano que lo lleve a constituirse señor de sí mismo y artífice de su propio destino frente a su Creador. A este “orgullo” que tantas injusticias ha causado en la historia humana lo denomina “la maldición de la Ley”.
R. ¡El Señor se acuerda de su Alianza!
¡Canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas! ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! R.
¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro; recuerden las maravillas que Él obró, sus portentos y los juicios de su boca! R.
Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos. R.
Aleluia. Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús estaba hablando y una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron!». Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican». Palabra del Señor.
Comentario: Jesús no desmereció a su madre sino, más bien, valoró su amor por haberlo traído a este mundo y por haber creído en él (cf. Lc 1, 45). María es el mejor modelo de la escucha de la Palabra de Dios e incorporarla en el pensamiento, corazón y voluntad permitirá seguir engendrando nuevos hijos en la fe.