Leccionario Santoral: Is 61, 1-3; Sal 88, 2-5. 21-22. 25. 27; Mt 25, 31-40.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Saluden a Prisca y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Je-sús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino también todas las Iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa. No se olviden de saludar a mi amigo Epéneto, el primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor. Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes; a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que yo. Saluden a Ampliato, mi amigo querido en el Señor; a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y también a Estaquis, mi querido amigo. Salúdense mutuamente con el beso de paz. Todas las Iglesias de Cristo les envían saludos. Yo, Tercio, que he servido de amanuense, los saludo en el Señor. También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y a toda la Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y nuestro hermano Cuarto. ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha manifestado! Éste es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. ¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo agradece las atenciones recibidas a una serie de mujeres y hombres que colaboraban en su misión. Como todo un caballero, retribuye el cariño y la amistad demostrada. Pero así eran las comunidades de aquel tiempo, cada uno de los miembros, con su vitalidad y entusiasmo por la causa de Cristo, procuraban ser auténticos ministros y servidores de la Palabra de Dios.
R. ¡Bendeciré al Señor eternamente!
Señor, día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! R.
Cada generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos: Ellas publican sus tremendos prodigios y narran tus grandes proezas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. R.
Aleluia. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús decía a sus discípulos: «Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero». Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios». Palabra del Señor.
Comentario: Jesús increpa a los fariseos por su amor al dinero y les advierte que el apego a las cosas de este mundo es pasajero y trae sus consecuencias. Quien se apegue al dinero termina sacando a Dios de su vida y no puede sostener un amor honesto si lo tiene como «ídolo».