LECTURA Am 8, 4-6. 9-12
Lectura de la profecía de Amós.
Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: «¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo». Aquel día −oráculo del Señor− Yo haré que el sol se ponga al mediodía, y en pleno día cubriré la tierra de tinieblas; cambiaré sus fiestas en duelo y todos sus cantos en lamentaciones; haré que todos se ciñan un sayal y que se rapen todas las cabezas; haré que estén de duelo como por un hijo único, y su final será como un día de amargura. Vendrán días –oráculo del Señor− en que enviaré hambre sobre el país, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de escuchar la palabra del Señor. Se arrastrarán de un mar a otro e irán errantes del norte al este, buscando la palabra del Señor, pero no la encontrarán. Palabra de Dios.
Comentario: El Profeta denuncia el nivel de corrupción que vive el pueblo de Israel. Había una gran preocupación y rigurosidad por el culto a Dios, pero eso no era suficiente para que se produjera un cambio de actitud y de vida. En efecto, sus prácticas para obtener más lucro a expensas de los que tenían menos eran más elocuentes: fraudes y sobreprecios en los productos manifestaban el nivel de corrupción existente.
SALMO Sal 118, 2. 10. 20. 30. 40. 131
R. ¡Yo te busco de todo corazón, Señor!
Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón. Yo te busco de todo corazón: no permitas que me aparte de tus mandamientos. R.
Mi alma se consume, deseando siempre tus decisiones. Elegí el camino de la verdad, puse tus decretos delante de mí. R.
Yo deseo tus mandamientos: vivifícame por tu justicia. Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos. R.
ALELUIA Mt 11, 28
Aleluia. «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré», dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Mt 9, 9-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: “Yo quiero misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». Palabra del Señor.
Comentario: Jesús elige a un publicano al servicio de Roma y signado por la sociedad de entonces como un traidor. No obstante, él le da un voto de confianza sin exigirle nada a cambio. Mateo, “don de Dios”, se aventura en el seguimiento a Jesús, que es como un modo de “conversión”, ya que la libertad soberana de su Maestro le permite pasar de su condición de esclavo del dinero a la libertad del buen discípulo.