La Santísima Virgen María, Reina (MO). Blanco
Prefacio de la Virgen María. Leccionario Santoral: Is 9, 1-6; Sal 112, 1-8; Lc 1, 26-38.
Semana 21ª durante el año – Semana I del Salterio.
Reseña: La celebración de Santa María Reina fue instituida por Pío XII, en el año 1955, y luego se celebra dentro de la octava de la solemnidad de la Asunción. La Iglesia en la constitución dogmática “Lumen gentium” (Concilio Vaticano II) declaró que “María fue asunta a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina Universal”. Como Cristo Rey, María no es la reina al estilo humano, sino la sierva que sirve a Dios y a su pueblo. En una conocida oración la invocamos: “Dios te salve Reina y madre de misericordia…”.
LECTURA 2Tes 1, 1-5. 11-12
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios a causa de ustedes, y es justo que lo hagamos, porque la fe de ustedes progresa constantemente y se acrecienta el amor de cada uno hacia los demás. Tanto es así que, ante las Iglesias de Dios, nosotros nos sentimos orgullosos de ustedes, por la constancia y la fe con que soportan las persecuciones y contrariedades. En esto se manifiesta el justo Juicio de Dios, para que ustedes sean encontrados dignos del Reino de Dios por el cual tienen que sufrir. Que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe. Así el Nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. Palabra de Dios.
Comentario: El Apóstol da gracias a Dios por los progresos de la comunidad de Tesalónica en la vivencia de su fe, mientras espera el regreso del Señor. Las diversas comunidades cristianas, expandidas por el mundo, también caminan entre dificultades y desafíos, estando llamadas a perseverar en el amor de Dios.
SALMO Sal 95, 1-5
R. ¡Anuncien las maravillas del Señor!
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. R.
Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Los dioses de los pueblos no son más que apariencia, pero el Señor hizo el cielo. R.
ALELUIA Jn 10, 27
Aleluia. “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”, dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Mt 23, 13-22
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale”! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: “Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar”. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por Aquél que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por Aquél que está sentado en él. Palabra del Señor.
Comentario: Se acentúan las reprimendas de Jesús contra los escribas y fariseos, verdaderos obstáculos para que el pueblo crea. Si bien las causas del ateísmo actual son variadas, el motivo principal está en que cuantos deberían ser los promotores de la alegría del Evangelio, en cambio, son anti-testimonio de cuanto predican.