La Santísima Trinidad (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio Propio.
El Misterio de la Santísima Trinidad
La fiesta de la Santísima Trinidad comenzó a celebrarse en el siglo XI. Nació en el ambiente monástico, donde existía una fuerte corriente mística, intelectual y de investigación religiosa. Durante los primeros siglos de la Iglesia, se decía que todos los domingos se proclamaba la Unidad y la Trinidad de Dios, por lo tanto, no era necesario designar un día especial.
Hoy, celebramos la fiesta de un misterio. Aquí, esta palabra no tiene el significado que le otorgamos en la literatura, donde la palabra misterio indica aquello que no se conoce. En el lenguaje litúrgico, es, en cambio, aquello que conocemos, pero que, por su inmensidad y su trascendencia, no llegaremos jamás a entenderlo plenamente.
Al respecto, san Pablo recuerda que el misterio, escondido durante siglos, fue revelado a todos por medio de Cristo.
El rostro que Cristo nos ha revelado es, en primer lugar, el de la misericordia de Dios; la enseñanza más preciosa de toda la Sagrada Escritura y que nos colma de esperanza, alegría y paz.
Cristo no vino a este mundo para juzgarnos, sino para salvarnos. Cuando el evangelio dice que el que no cree ya está condenado, no se refiere al ateo que no conoce a Dios, ni al que ignora las verdades del catecismo. De hecho, hasta el demonio sabe que Dios existe y conoce las verdades. El evangelio nos advierte que quien no deposita toda su confianza en Cristo está perdido.
Conocemos el misterio de la Trinidad, pero no lo podemos comprender en su totalidad. “Negar la Trinidad es arriesgar la salvación, intentar explicarla es arriesgar la salud mental”, predicaba Lutero.
Sabemos que Dios ha creado el Universo, que se encarnó y camina en este mundo. Por medio del Espíritu Santo, él está vivo y presente entre nosotros. Quizá, solo nos falta confiar plenamente en él.
“Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (Jn 3, 17).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La liturgia de hoy nos invita al silencio, a la reflexión y a la adoración ante el mayor misterio de nuestra fe: Dios es uno en su naturaleza, y trino en las personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es familia, crea al hombre, lo ama, lo recoge en su gloria definitiva.
PRIMERA LECTURA Éx 34, 4-6. 8-9
Guía: Moisés sube a encontrarse con Dios, a sellar y reanudar la alianza. Dios le revela sus atributos divinos, en particular su misericordia. “Perdona a Israel y hazlo tu heredad”, es la súplica confiada de Moisés.
Lectura del libro del Éxodo.
En aquellos días: Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos. El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: “El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad”. Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: “Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que éste es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia”. Palabra de Dios.
SALMO [Sal] Dn 3, 52-56
R. A ti, eternamente, gloria y honor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre, alabado y exaltado eternamente. R.
Bendito seas en el Templo de tu santa gloria, aclamado y glorificado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el trono de tu Reino, aclamado por encima de todo y exaltado eternamente. R.
Bendito seas Tú, que sondeas los abismos y te sientas sobre los querubines, alabado y exaltado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el firmamento del cielo, aclamado y glorificado eternamente. R.
SEGUNDA LECTURA 2Cor 13, 11-13
Guía: Pablo exhorta a los cristianos a vivir en alegría, comunicando la gracia de Jesús, en el amor de Dios Padre y en el Espíritu Santo.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes. Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes. Palabra de Dios.
ALELUIA Cfr. Apoc 1, 8
Aleluia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluia.
EVANGELIO Jn 3, 16-18
Guía: El mensaje de hoy, tomado del encuentro de Jesús con Nicodemo, es una invitación a abrirnos al amor inefable de Dios que entrega a su Hijo para salvar a los hombres.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Dijo Jesús: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Ofrecemos en el altar estos dones, que recibimos de su providencia de Padre y que el Espíritu Santo transformará en el cuerpo y en la sangre de Jesús.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: La comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo en el Espíritu Santo, es anticipo y promesa de Vida eterna.
DESPEDIDA
Guía: Dios es comunidad, Dios es familia. La Iglesia es la familia de Dios: la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. A nosotros, cristianos, nos corresponde el deber de testimoniarlo con la fe y el amor.