Andrés R. M. MOTTO
Mis queridos lectores espero que se encuentren abrigados en este frío invierno. Mientras transitamos este tiempo ordinario litúrgico del año 2024, vamos a analizar qué implica creer de acuerdo al texto a los Hebreos.
El capítulo 11 comienza señalando que “la fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven” (v. 1). Este versículo es, en toda la Biblia, el único intento de definición sobre la fe. Si bien no es una explicación rigurosa, ha llegado a ser una descripción teológica de la fe. En este, entonces, se señala que la fe es la manera de tener lo que esperamos y el medio para conocer lo que no vemos. El autor del texto a los Hebreos señala que la fe está orientada hacia el futuro y que ella se adhiere a lo invisible. Estas palabras iluminan todo el capítulo. Además, el texto continúa con una mirada al pasado, para observar cómo se vivió la fe en el Antiguo Testamento. La presenta dentro de una gran marcha histórica, muy emparentada con la esperanza. Las palabras “por la fe” encabezará las frases en diecisiete oportunidades.
De este modo, Heb 11, 3 expresa que por la fe se comprende algo de la creación y se remarca el aspecto intelectual de ella. A partir de Heb 11, 4 comienza una larga serie de personajes elogiables por su fe, siendo los modelos directamente nombrados Abel, Enoc, Noé, Abraham (dos veces) y el entorno de Abraham, Isaac, Jacob y Sara, como también Esaú, José e Israel. De un modo especial se menciona a Moisés. Continúa con luego con Rajab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Personas que pusieron su afectividad en lo que creían.
Asimismo, Heb 11, 6 es de especial importancia por afirmar la necesidad de la fe, ya que “sin la fe es imposible agradar a Dios”. Por medio de ella, una persona: 1) Cree que Dios existe. 2) Cree que nos compensa por lo que hacemos. Heb 11, 17 hace una segunda referencia a la fe de Abraham. Su actitud de obediencia, en una situación límite, lo hace modelo de fe. Y esto, por ser capaz de ofrecer a su único hijo, para llegar a ser nuestro padre en la fe. Recordemos que la promesa estaba fundada en la descendencia y se le pide que sacrifique a su hijo único. Aquí se señala la nota paradojal de la fe, pero el autor la mitiga afirmando la salvación de Isaac como prefigura de la resurrección.
La segunda figura particularmente importante con respecto a la fe es Moisés, el gran conductor del pueblo de Dios, que hoy tanto seduce a algún político. En Heb 11, 26 hace una lectura desde el Nuevo Testamento de la salida de Egipto. Y, en Heb 11, 27, alude a la fe como la certeza en medio de las oscuridades de la conducción, pues esta hace ver una realidad que es invisible. San Juan de la Cruz señalará más adelante que la fe es “ver entre tinieblas”.
Al concluir la lista de modelos de la fe se señala que, aunque todos ellos han sido grandes, tuvieron que esperar la resurrección para alcanzar el objeto de sus promesas. Esto lo han conseguido no por la Ley, sino por la obra de Jesús (Heb 11, 39-40). Además, el versículo 40 se indica la unión entre “ellos” y “nosotros” a través de Cristo, autor y consumador de la fe.
Resumiendo: En el capítulo 11 del texto a los Hebreos se colocan las notas de la fe: 1. Su actitud intelectual. 2. La aceptación de verdades, que no se oponen a la razón. 3. La nota afectiva. 4. Su dinamismo hacia la promesa. 5. La confianza de alcanzar lo prometido. 6. Nos permite obedecer. 7. Nos lleva por caminos paradójicos. 8. El valor de tener modelos para poder vivir la fe. Así que amigos, ¿valoramos el tener fe? ¿Cómo la vivimos? Hasta el próximo mes.
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