Prefacio de mártires. Leccionario Santoral: Gál 2, 19-20; Sal 125, 1-6; Mt 28, 16-20.
LECTURA 1Rey 2, 1-4. 10-12
Lectura del primer libro de los Reyes.
Estando ya próximo a su muerte, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: «Yo me voy por el camino de todo el mundo. Sé fuerte y compórtate como un hombre. Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones, según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas, y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: “Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel”». David se fue a descansar con sus padres, y lo enterraron en la Ciudad de David. Cuarenta años duró su reinado sobre Israel: reinó siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su realeza quedó firmemente afianzada. Palabra de Dios.
Comentario: El relato es una invitación a la “conversión de vida”. David dirige su discurso final no solo a Salomón sino también a la generación del destierro, en la que la continuidad dinástica estaba subordinada al cumplimiento de la Alianza. Es decir, el único camino para restauración de la monarquía pasa por la conversión y la fidelidad a Dios.
SALMO 1Crón 29, 10-12
R. ¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios!
¡Bendito sea el Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre para siempre! R.
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra. R.
Tuyo, Señor, es el reino; Tú te elevas por encima de todo. De ti proceden la riqueza y la gloria. R.
Porque Tú, Señor, lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas. R.
ALELUIA Mc 1, 15
El Reino de Dios está cerca. Crean en la Buena Noticia. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 7-13
Evangelio de nuestro Señor Jesu-cristo según san Marcos.
Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos». Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo. Palabra del Señor.
Comentario: El envío de Jesús implica el anuncio de una gran noticia y cuya materialización depende de la fe en su persona. Ese anuncio no era solamente una interpretación del mundo o de la historia sino también de todo lo que amenaza al hombre desde afuera y no le permite realizarse como ser humano.