Queridos amigos, la Iglesia está de fiesta. Dios nos ha enviado un nuevo sucesor de San Pedro. Nuestro Santo Padre León XIV.
La llegada de un nuevo Papa es una gran ocasión de redescubrir la importancia de las enseñanzas, tanto oral como escritas, del Santo Padre. Preguntémonos ¿cuándo leímos y estudiamos por última vez algún escrito de un Papa? Sus documentos nos adoctrinan y ayudan para iluminar nuestras vidas; por lo tanto, es responsabilidad nuestra conocerlos y tratar de hacerlos vida. Un católico debe ser un amante de la doctrina y magisterio de la Iglesia. Y en este sentido, los Papas son sus primeros intérpretes y propagadores.
Asimismo, las opiniones del Romano Pontífice tienen un valor doctrinal y moral muy importantes. Y por esta razón se las debe recibir y estudiar con respeto y veneración. En ellas encontramos nuevas luces, ideas, propuestas y desafíos. Son, probablemente, los temas de siempre, pero al ser presentados con actualidad y un lenguaje más accesible a todos cobran trascendencia y relevancia para nuestro crecimiento humano y espiritual.
Por eso, siempre es apropiado reflexionar sobre las enseñanzas de los Papas, en los colegios, las parroquias, las comunidades cristianas y por supuesto, en la “familia”. Hoy, más que nunca, es necesario abrir un sano debate y confrontación de ideas y desafíos que esos escritos nos presentan.
A su vez, orar diariamente por el papa León XIV, para que el Espíritu Santo lo ilumine y sostenga. Encomendarlo al especial cuidado de la Santísima Virgen María. Que ella lo acompañe y anime en su gran misión.
Son muchas las preocupaciones y desafíos que pesan en los hombros del Papa: las guerras, injusticias, pobreza, descristianización y tantas otras. Por ello si puedes ofrecer algunos días tus sacrificios y penas, la Sagrada Comunión y el Rosario por la salud e intenciones de León XIV será un don inmenso para tu bien y el bien de la Iglesia.
Con el aprecio y afecto de siempre