Por René Rebolledo Salinas, arzobispo de La Serena
Hoy,11 de mayo, la comunidad cristiana celebra el 4° Domingo de Pascua, conocido como Domingo del Buen Pastor, por el Evangelio que se proclama y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, prevista anualmente para este día. El pasado jueves 8 de mayo, con alegría y gratitud a Dios, recibimos el anuncio de un nuevo sucesor de Pedro y pastor de la Iglesia universal, SS. León XIV. Rezamos en comunión por la fecundidad de su ministerio apostólico. Lo confiamos a Jesucristo Supremo Pastor y a la intercesión de la Virgen santa.
Siempre de nuevo volvemos en esta columna sobre la centralidad de la Palabra de Dios. En efecto, ella nos ofrece los contenidos de la celebración y las perspectivas a considerar para la cotidianeidad personal, familiar y también de la comunidad. Se contempla en la primera lectura Hechos de los Apóstoles 13,14. 43-52; El Salmo responsorial es el 99,1-3.5; la segunda lectura del Apocalipsis 7,9.14-17; y el Evangelio de Juan 10,27-30.
El anuncio es parte del conocido capítulo 10 del cuarto Evangelio que presenta a Cristo como el Buen Pastor y también la Puerta de acceso para pastores y ovejas. Corresponde este domingo la parte final de este capítulo, que describe la relación Pastor ovejas.
Resalta en la página la unión íntima de Jesús con su Padre: “El Padre y Yo somos uno” (v 30), como también la que establece con la humanidad, mediante la metáfora del Pastor y las ovejas: “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano” (vv 27-28).
Al oír expresiones tan bellas de nuestro Señor, respecto de su unión íntima con el Padre, como también con nosotros, brotan espontáneamente sentimientos de honda gratitud. Agradecimiento profundo por el pastoreo en relación al pueblo que Él ama, la comunidad de los fieles. Domingo tras domingo -Día del Señor, primero de la semana- experimentamos su amor, bondad y misericordia. Él nos alimenta con Palabras de vida eterna, se entrega a nosotros también en su Cuerpo y Sangre, para que en Él “Tengamos vida abundante” (Jn 10,10), junto al testimonio fraterno y fervoroso de la comunidad que lo celebra, también ella verdadero Cuerpo de Cristo.
Aprendamos del pastoreo de nuestro Señor en relación a nosotros, actitudes manifestadas sobre todo en el conocimiento que Él manifiesta: “Yo las conozco y ellas me siguen” (v 27), en ofrecer por nosotros su vida: “Yo les doy vida eterna” (v 28), pues Él nos custodia y defiende: “jamás perecerán y nadie las arrancará de mi mano” (v 28). La vida que el Señor ofrece a los suyos, es la que ha experimentado junto al Padre y la comunica abundantemente a todos.
Celebramos también en este día la 62ᵃ Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. El Santo Padre Francisco envió el 19 de marzo de 2025 el Mensaje titulado: “Peregrinos de esperanza: el don de la vida”. Sugiero su lectura y reflexión.