“¿Cómo hemos podido llegar a este nivel de indiferencia?”. Esta es la pregunta que plantea Francisco en el Video del Papa del mes de septiembre, en el que pide rezar “por las personas que viven al margen” de la sociedad. “Una persona sin techo, que muere en la calle, nunca va a aparecer en la primera página de los buscadores de internet o de los noticieros”, comienza constatando el Santo Padre por lo que, precisamente a ellos, a los olvidados por la prensa, trata de dar voz. Las imágenes que acompañan las palabras de Francisco muestran a personas sin hogar -solos o en pequeños grupos, a veces casi pisoteados por los transeúntes- en las aceras de Canadá, Estados Unidos, Camerún e India; niños de la calle que pasan el día lavando los cristales de los coches parados en los semáforos de San Salvador; personas con diversas discapacidades en España, Filipinas y Centroamérica; chabolas cerca de los rascacielos en Vancouver, edificios de Buenos Aires y Río de Janeiro.
En los márgenes de nuestras sociedades vive una humanidad de diversos tipos, mucho más numerosa de lo que pensamos. Según las Naciones Unidas, más de 700 millones de personas, el 10% de la población mundial, vive en situación de extrema pobreza, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso a agua y saneamiento. La propia ONU añade que alrededor de 1.600 millones de personas viven en condiciones de vivienda inadecuadas, y que los países más industrializados no son una excepción. Informes de la Organización Mundial de la Salud revelan, asimismo, que una de cada ocho personas en el mundo convive con un “trastorno mental”, mientras que el 16% de la población mundial experimenta una “discapacidad significativa”.
“¿Cómo dejamos que la ‘cultura del descarte’, en la que millones de hombres y mujeres no valen nada frente a los beneficios económicos, domine nuestras vidas, nuestras ciudades, nuestro modo de vivir?”, se pregunta el Pontífice. Y con tristeza reconoce: “Se nos va a endurecer el cuello de tanto mirar al otro lado para no ver esta situación. El Papa invita a dejar de “hacer invisibles a los que están al margen de la sociedad, ya sea por motivos de pobreza, dependencias, enfermedades psíquicas o minusvalías”.
“Centrémonos en la acogida”, exhorta. “En acoger a todas las personas que lo necesitan. La ‘cultura de la acogida’, de recibir, de dar techo, de dar hogar, de dar amor, de dar calidez humana”. Por eso, pide a todos los creyentes que se movilicen con la oración “para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas”.
Oremos para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas.
Papa Francisco – Septiembre 2023
Una persona sin techo que muere en la calle nunca va a aparecer en la primera página de los buscadores de internet o de los noticieros.
¿Cómo hemos podido llegar a este nivel de indiferencia?
¿Cómo dejamos que la “cultura del descarte”, en la que millones de hombres y mujeres no valen nada frente a los beneficios económicos, cómo dejamos que esta cultura domine nuestras vidas, nuestras ciudades, nuestro modo de vivir?
Se nos va a endurecer el cuello de tanto mirar al otro lado para no ver esta situación.
Por favor, dejemos de hacer invisibles a los que están al margen de la sociedad, ya sea por motivos de pobreza, dependencias, enfermedades psíquicas o minusvalías.
Centrémonos en la acogida. En acoger a todas las personas que lo necesitan.
La “cultura de la acogida”, de recibir, de dar techo, de dar hogar, de dar amor, de dar calidez humana.
Oremos para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas.