El viernes 10 de junio, el cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano, emitió un decreto en el que establece que la memoria litúrgica de santa María Magdalena, que se celebra el 22 de julio, se eleve al rango de fiesta.
De acuerdo a un comunicado de la Santa Sede, esta iniciativa busca destacar la importancia de santa María Magdalena, a quien describe como “un ejemplo de verdadera y auténtica evangelizadora”, una mujer que fue “mensajera y anunció la buena noticia de la resurrección del Señor”.
En la misa y en el oficio divino que se celebrarán a partir de ahora dicho día, se utilizarán los textos habituales utilizados en el Misal Romano y en la Liturgia de las Horas, pero la celebración de la Misa contará con un prefacio proprio titulado “de apostolorum apostola” (Apóstola de los apóstoles).
El Arzobispo Arthur Roche, Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, explicó que esta decisión servirá para “reflexionar más profundamente en la dignidad de la mujer, la nueva evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia divina”.