Gracias a la generosidad de una niña de Talca, Pamela Toledo Ortiz, de 12 años, quien fallece el 27 de septiembre de 1995, en Chile se conmemora el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos del Cuerpo Humano. Ella es la primera donante voluntaria pediátrica, que manifiesta en vida su intención de donar sus órganos en caso que falleciera, y su familia respeta esa decisión.
La donación de órganos es un acto de amor, voluntario, mediante el cual, una persona o su familia, en caso de fallecimiento, autorizan la extracción de sus órganos, para ser recibidos por pacientes con enfermedades crónicas, cuya única alternativa para continuar viviendo es por medio de un trasplante. Donar órganos es dar vida. Pero no sólo cuando se muere, porque también el donante puede estar vivo; situación que se da entre familiares directos, lo que brinda altas posibilidades de compatibilidad.
Lamentablemente, en nuestro país, aún no estamos lo suficientemente sensibilizados frente al tema, sino, más bien, estamos demasiado prejuiciados por mitos. Todos podemos ser donantes, no hay límite de edad. En el caso de menores, estos pueden ser donantes, previo consentimiento de sus padres.
El papa Francisco, nos recuerda, en una alocución en el Vaticano, la postura de la Iglesia: “El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la donación de órganos después de la muerte es un acto noble y meritorio que debe ser fomentado como una manifestación de solidaridad generosa especial” (n. 2296).
En la encíclica Evangelium Vitae, san Juan Pablo II, dice: “Entre los gestos que contribuyen a fomentar una auténtica cultura de la vida, la donación de órganos, en formas éticamente aceptables, merece un aprecio especial” (n. 86).
Nos debemos informar, reflexionar y luego, mediante el ejemplo que nos ha dejado Pamela, conversar en familia y tomar, generosamente, la decisión de ser donantes.
En el Mes de la Patria, que también es el Mes de la Biblia, en el inicio de la primavera, unimos nuestras plegarias, de manera especial en el Día de Oración por Chile, para que la pandemia del COVID 19 se vaya definitivamente y nos permita continuar con nuestra vida cotidiana sin medidas sanitarias.
En Jesús, María y Pablo,
El Director