Cuando se habla de Chile en el extranjero se destacan los buenos vinos, la hermosa cordillera, que tiembla mucho, que posee el desierto más seco hasta los glaciales más extremos, cuatro estaciones bien marcadas, que se consumen muchos productos del mar y que sus habitantes hablan rápido, son buenos para la “talla” y hospitalarios. También se menciona la isla Rapa Nui, que el sur es hermoso y que la bandera es casi igual a la de Texas, EE.UU.
Cuando se habla de chilenos destacados, entre varios, se menciona a: Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Violeta Parra, Claudio Arrau y, en las últimas décadas, se alude a una gran cantidad de jugadores de fútbol. También se nombra a san Alberto Hurtado, pero, lamentablemente, muy lejos en las menciones aparece Teresa de Los Andes, primera santa chilena, primera santa carmelita descalza fuera de las fronteras de Europa y cuarta santa Teresa del Carmelo, tras las “Teresas” de Ávila, Florencia y Lisieux, situación que nos desafía a todos para que hagamos lo imposible para que, con el tiempo, ocupe el lugar que le corresponde entre las chilenas destacadas.
Juana Fernández Solar nace en Santiago el 13 de julio de 1900. Hija de Miguel Fernández Jaraquemada y Lucía Solar Armstrong; hermana de Miguel, Lucía, Luis, Rebeca (posteriormente también carmelita descalza) e Ignacio. Su familia, en el colegio y sus amigos la llaman Juanita.
Ingresa al convento de las Carmelitas de Los Andes el 7 de mayo de 1919, tomando el nombre de Teresa de Jesús. Al cumplir once meses de noviciado, se enferma gravemente de tifus y difteria, falleciendo el 12 de abril de 1920, no sin antes haber profesado como carmelita in articulo mortis. Es beatificada por el entonces papa Juan Pablo II, en su visita a Chile, el 3 de abril de 1987 y canonizada el 21 de marzo de 1993, en Roma, por el mismo pontífice.
El 13 de julio, los santuarios de Los Andes, San Felipe; en Las Maitas, Valle de Azapa; La Serena, Chillán; en Los Andes de Paula; Curepto, Talca; Aguas Blancas, Los Ángeles; Osorno y Punta Arenas, se visten de gala para celebrar y recordar la figura de la Juanita, que junto con san Alberto Hurtado son la prueba fehaciente de que en Chile es posible ser santo. A ellos nos dirigimos, para que intercedan ante el Padre celestial a fin de que nos libre, definitivamente, de la pandemia COVID-19. San Alberto Hurtado y santa Teresa de Los Andes: ¡Rueguen por nosotros!
En Jesús, María y Pablo,
El Director