El primero de enero, el calendario litúrgico nos indica que, junto con la solemnidad de la Virgen María, madre de Dios, celebramos la Jornada Mundial de la Paz.
¿Tenemos paz en el mundo? Apenas. El año pasado hubo más de treinta guerras. La mayoría guerras civiles que han producido, como consecuencia, una gran cantidad de muertos inocentes. Bandas terroristas desarrollan su actividad delictiva a diario y estamos, cada día, abrumados por noticias nefastas en cuanto a la violencia del ser humano contra sus semejantes.
Todos queremos la paz. Todas las religiones del mundo rezan por la paz a diario. Organizaciones internacionales laicas se preocupan, año a año, de insistir en la urgente necesidad de paz en el mundo. Pero no tenemos paz. ¿Qué nos sucede, entonces?
La paz no es algo meramente exterior. Se encuentra, fundamentalmente, al interior de cada uno. Paz interior es sentirse mental o espiritualmente tranquilo y es considerada altamente saludable y se asocia con la felicidad.
En muchas culturas, la paz interior está considerada como un estado de conciencia o iluminación que puede ser cultivada y ejercitada mediante diversas formas de entrenamiento: la oración, la meditación, el tai chi o el yoga.
A través de la paz interior se puede conseguir la paz exterior. En esto, la importancia de la responsabilidad individual es clave; una atmósfera de paz debe crearse primero en nosotros mismos, lo que, como consecuencia, se expande gradualmente hacia nuestra familia, amigos, comunidad, en el trabajo y, así, hasta llegar al mundo entero.
La asidua participación en la Eucaristía va haciendo de nosotros hombres de paz. Es en la Misa donde recibimos una y otra vez la paz de Cristo, y por eso mismo debemos ser, cada vez más, capaces de comunicar a los hermanos la paz que viene de Dios.
No perdamos la esperanza de que, por fin, podamos decir alguna vez que estamos en paz.
«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt. 5, 9).
Vaya para todos, un abrazo con el deseo de un Feliz año Nuevo 2019 y… hevenu shalom aleichem: que la paz sea con ustedes.
En Jesús, María y Pablo,
El Director