Los acontecimientos nefastos, las circunstancias inciertas y las restricciones sanitarias a las que hemos estado sometidos por la pandemia en los últimos años han alterado considerablemente nuestra salud mental y emocional, por lo que reunirnos, abrazarnos y celebrar junto a nuestros seres queridos la llegada de un nuevo año es dar GRACIAS A DIOS, así, con mayúsculas, por el privilegio de vivirlo y llenar nuestros corazones de alegría y emociones reconfortantes.

Lamentablemente, algunos de nuestros seres queridos ya no están, pero siempre los tendremos en nuestros corazones y mientras los recordemos vivirán.

El primer día del año celebramos a Santa María, Madre de Dios, Theotokos en latín, que significa “la que da a luz”, primer dogma de la Iglesia, promulgado en el Concilio de Éfeso en el año 431 y una de las primeras fiestas marianas de la cristiandad. También celebramos la Jornada Mundial de la Paz, instituida por el papa Pablo VI en el año 1968. Por lo tanto, iniciamos el año honrando a María y orando por la paz.

Este mes, el calendario litúrgico destaca otras tres celebraciones: la solemnidad de la Epifanía del Señor, que en Europa es llamada “Reyes”, y en el Norte Grande de nuestro país se le denomina Pascua de los Negros; la fiesta del Bautismo del Señor, en la que recordamos el momento en que Jesús es bautizado por san Juan, el Bautista, y lo nombra como el Cordero de Dios; y la Conversión de san Pablo, fiesta en la que rememoramos la aparición de Jesús resucitado a Saulo de Tarso, camino a Damasco, experiencia que lo lleva a abrazar el cristianismo, para posteriormente ser reconocido como una de las fuentes más significativas de la doctrina de la Iglesia primitiva y el primer comunicador del Evangelio.

El deseo universal es que todos estemos bien y nos vaya aún mejor. El nuevo año nos trae la frescura y la oportunidad de estrenar un mañana sin errores. Que Santa María, Madre de Dios, nos bendiga, que haya paz en el mundo y que tengamos un sano, feliz y prometedor año 2023, sin coronavirus.

En Jesús, María y Pablo,

El Director