En el mes más caluroso del año, caracterizado por las vacaciones que, esta vez, luego de pasar casi dos años en pausa, para todos, son más que merecidas, necesitamos, urgentemente, escaparnos unos días, en familia, a la playa, el campo o la montaña, para relajar el cuerpo y el alma de todo lo que hemos vivido en pandemia.
El día 11 se celebra a Nuestra Señora de Lourdes, que se aparece, en 1858, a la joven Bernadette Soubirous, una niña de origen humilde, de catorce años, en la gruta de Massabielle, cerca del pueblo de Lourdes, Francia.
La Virgen se presenta en 18 oportunidades, y en la aparición decimotercera le pide a Bernardita que se construya una capilla en su nombre para que los peregrinos fuesen a visitarla. La petición es rechazada por el párroco del lugar, por no saber quién era esta misteriosa dama. Su nombre: la Inmaculada Concepción.
Estos acontecimientos son reconocidos por la Santa Sede el año 1862. La gruta se hace conocida como lugar de peregrinación, donde luego es construida la basílica, que, en la actualidad, es visitada por millones de peregrinos al año.
En nuestro país, la devoción se inicia en el año 1880 en una pequeña ermita, que, luego, hace ya más de cien años, se convierte en el Santuario de Lourdes, en Quinta Normal, Santiago, en donde se construye, en el año 1908, una réplica de la gruta y la imponente basílica, entregada, inaugurada y bendecida en el año 1958, al cumplirse un siglo de las apariciones. El complejo está a cargo de los Religiosos Asuncionistas y las celebraciones centrales son el 11 de febrero y el 8 de diciembre.
Para los que pueden escaparse de vacaciones, les recomendamos, como todos los años, asistir a los actos litúrgicos, a los que puedan acceder, en el sitio que se encuentren. Que la Virgen de Lourdes nos acompañe en este peregrinar, que se nos ha hecho muy difícil por la pandemia.
En Jesús, María y Pablo,
El Director