Cuaresma es un tiempo de reflexión, penitencia y conversión, que se inicia el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa del Jueves Santo. El color litúrgico de este tiempo es el Morado, cuyo significado es penitencia y luto.
Cuarentena es un tiempo determinado, no necesariamente, de cuarenta días, en el que, por motivos de salud, brote infeccioso, epidemia o pandemia, se aísla a enfermos y sanos, con el fin de evitar riesgos de contagio.
Al parecer, nuevamente este año viviremos Cuaresma en cuarentena; pero, al igual que el año pasado, seguiremos conectados, porque una gran cantidad de parroquias, capillas y santuarios, continuarán transmitiendo la Misa, el rezo del Rosario y otras actividades por tv, radio o redes sociales, lo que nos permitirá vivir, alimentar y compartir nuestra fe. También, mediante los nuevos medios de comunicación, podremos ver y escuchar al papa Francisco dirigiéndose a todo el mundo desde el Vaticano, con un mensaje de cercanía, consuelo y esperanza.
En este mes, tradicionalmente, se da inicio al año lectivo en escuelas, liceos y universidades, algo que también, al parecer, no podrá ser aún de manera totalmente presencial y esto continuará hasta que tengamos una vacuna. Pero todos estamos de acuerdo en que, por la seguridad de nuestros estudiantes, es mejor que aún permanezcan en casa, el lugar donde la pandemia nos ha confinado ya casi por un año, lo que nos ha obligado a mirar hacia el interior de nuestra familia, creando nuevos lazos, acrecentando afectos y terminando conversaciones pendientes.
Marzo nos trae la celebración de san José, esposo de santa María Virgen, que es fiesta patronal en Antofagasta, Melipilla y Temuco. También la peregrinación (veinte chico) de la fiesta de san Sebastián de Yumbel, en Concepción, la Anunciación del Señor y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, con el que comenzamos la Semana Santa. Son ocasiones muy oportunas para dirigir nuestras plegarias al cielo y pedir que este tiempo de incertidumbre, angustia y tedio termine pronto. Es una oportunidad propicia para rezar por nuestros ancianos y enfermos, pidiéndole a Dios que, en su infinita misericordia, les dé su gracia, consuelo y salud; y también por nuestros difuntos, para que el Señor los tenga en su Reino de paz y amor.
Cuaresma es, igualmente, un tiempo para practicar, en concreto, la solidaridad que necesitan muchos hermanos y hermanas que la están pasando mal con esta pandemia.
En Jesús, María y Pablo,
El Director