Hoy nos preparamos a la eucaristía dominical con la reconfortante palabra de la Escritura: “Yo soy la salvación del pueblo, dice el Señor. Cuando me llamen desde el peligro, yo los escucharé y seré para siempre su Señor”.
Por haber sido sordos al llamado vocacional de Dios. Por haber sido exigentes con los otros y blandos con nosotros mismos. Por no haber perdonado con generosidad y prontitud.
La oración nos recuerda hoy que el amor a Dios está indisolublemente unido al del prójimo: es una exigencia de vida plena.
Presentemos con manos limpias nuestras ofrendas al Señor, mientras nos disponemos a recibir sus bienes con amor de hijos.
Recordemos que la comunión con Cristo no es ni puede ser algo ocasional, sino un encuentro que transforme toda nuestra vida.
Hemos compartido el pan de la palabra y del sacramento: vayamos a compartirlo generosamente con quienes encontraremos hoy y en la semana que comienza.
3 Comments
Gracias por estar siempre siendo insumo y un gran aporte para nuestras celebraciones
Agradezco por la ayuda que nos das, para poder guiar a la asamblea
Hola, pertenezco a la capilla Padre Hurtado de Quintero, perteneciente a Don Orione. Agradezco que por su intermedio nos ayude a guiar la misa ,ya que somos la mayoría de adultos mayores
Les agradece la coordinadora de la Capilla, Jacqueline Gonzales
Valparaíso 24/09/ 23