Motivación de entrada
Hoy nos preparamos a la eucaristía dominical con la reconfortante palabra de la Escritura: “Yo soy la salvación del pueblo, dice el Señor. Cuando me llamen desde el peligro, yo los escucharé y seré para siempre su Señor”.
Acto penitencial
Por haber sido sordos al llamado vocacional de Dios. Por haber sido exigentes con los otros y blandos con nosotros mismos. Por no haber perdonado con generosidad y prontitud.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: Sabiduría 2, 12. 17-20.
El hombre bueno, el cristiano verdadero diríamos hoy, es un reproche vivo a la conducta de los malvados.
Segunda lectura: Santiago 3, 16 – 4, 3.
Exhortación a vivir una vida transparente, purificándose constantemente de los malos deseos que perturban las relaciones fraternas.
Evangelio: Marcos 9, 30-37.
Siempre actual resulta la lección de Jesús a sus discípulos: el que quiere ser el primero, el más importante, se ponga en el último puesto, al servicio de todos los hermanos.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Presentemos con manos limpias nuestras ofrendas al Señor, mientras nos disponemos a recibir sus bienes con amor de hijos.
Comunión
Recordemos que la comunión con Cristo no es ni puede ser algo ocasional, sino un encuentro que transforme toda nuestra vida.
Despedida
Hemos compartido el pan de la palabra y del sacramento: vayamos a compartirlo generosamente con quienes encontraremos hoy y en la semana que comienza.