La liturgia de hoy nos hace revivir el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús. Como ellos, dispongámonos a reconocerlo en el pan eucarístico compartido.
Nuestro arrepentimiento hoy debe centrarse en la escucha de la palabra y la recepción de la eucaristía. Nos preguntamos: ¿influyen, realmente, en nuestra vida cristiana?
La oración nos invita a alegramos por nuestra dignidad de hijos de Dios.
Presentación de las ofrendas
Ofrezcamos sobre el altar, con el pan y el vino, nuestros cansancios y desesperanzas, la palabra recibida y la eucaristía en que participamos.
Comunión
Supliquemos al Señor que lo podamos reconocer y recibir, con provecho verdadero, en la comunión que compartimos con muchos hermanos.
Despedida
Animados por el mensaje evangélico de hoy, anunciemos con valentía que Jesús debía pasar por el sufrimiento y la muerte para resucitar a la gloria del Padre.