Motivación de entrada
Toda la liturgia de hoy está dominada por la alegría y la paciencia. Dios quiere la felicidad de sus hijos, pero les exige que se abran a ella con obras de paciencia y de esperanza.
Acto penitencial
Pidamos perdón, a Dios, por haber preferido la felicidad efímera de las cosas y las satisfacciones pecaminosas, a su amor de Padre.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: Isaías 61, 1-2.10-11.
El profeta se alegra en el Señor y anuncia la salvación a los pobres y oprimidos.
Segunda lectura: 1 Tesalonicenses 5, 16-24.
En un clima de alegría, san Pablo nos invita a permanecer irreprensibles a la espera de la venida del Señor.
Evangelio: Juan 1, 6-8.19-28.
La actitud de Juan el Bautista nos indica cuál debe ser la conducta del cristiano: abrir el camino a Cristo y dejar que él actúe en nosotros.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
“Dios ama al que da con alegría” y no le gusta lo que se le ofrece con desgano. Es el momento de recordarlo mientras hacemos el ofrecimiento del pan, del vino y de otros dones.
Comunión
El recibir a Cristo y saber que viene a estar con nosotros, es manantial de alegría, pero también nos compromete a llevar una vida digna.
Despedida
Reconfortados con la palabra de Dios y con la fuerza del sacramento, vayamos a anunciar y testimoniar que Cristo ha venido, viene pronto, viene siempre.