La Cuaresma, sacramento de conversión
Motivación
El tema del pecado, de la tentación y de la conversión domina la liturgia de hoy. Jesús, con su ejemplo, nos fortalece y ayuda a ser fieles al Padre Dios.
Acto penitencial
Pedimos perdón por las veces que conscientemente nos hemos expuesto a las tentaciones, presumiendo de nuestras fuerzas y olvidándonos de Dios.
Colecta
Suplicamos la gracia de aprovechar la cuaresma como verdadero sacramento de conversión.
LECTURAS CICLO A
Primera lectura: Génesis 2, 7-9; 3, 1-7.
Dios crea al hombre para la felicidad plena. El pecado –desobediencia a la voluntad de Dios– rompe la armonía original y es causa de los males de toda la humanidad.
Segunda lectura: Romanos 5, 12-19 (o bien 5, 12.17-19).
Dios ama al hombre, su criatura predilecta, y en Cristo lo reintegra a la santidad primera.
Evangelio: Mateo 4, 1-11.
Jesús va al desierto y es tentado por el diablo, pero supera las tentaciones con la palabra de Dios. Es un ejemplo para nosotros de cómo conducirnos ante las pruebas de la vida.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Ponemos sobre el altar la ofrenda de nuestra vida, para conformarnos siempre más al proyecto de salvación que Dios tiene sobre nosotros.
Comunión
Cristo, pan de vida, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y el amor y, a la vez, nos alimenta con su palabra salvadora.
Despedida
Tiempo de Cuaresma: tiempo de conversión; asumimos los medios que nos hacen caminar resueltamente hacia la Pascua: el ayuno solidario, la oración frecuente y la caridad fraterna con actos concretos.