Motivación de entrada
Hoy, “Día del Señor”, la liturgia nos llama a celebrar con alegría la paciencia de Dios. Es para nosotros una lección permanente este Dios que espera; un Dios que colma a sus hijos de “dulce esperanza” y nos ayuda a la conversión.
Acto penitencial
Por haber “abusado” de la paciencia de Dios, con repetidos pecados. Por haber retardado nuestra conversión. Por habernos privado de la alegría de ser perdonados: Señor, ten piedad.
Colecta
Pedimos al Señor que multiplique en nosotros los dones de su gracia, para que podamos ser fieles.
LECTURAS CICLO A
Primera lectura: Sabiduría 12, 13.16-19.
Dios cuida de todo, su fuerza es principio de justicia, es paciente con el pecador y le da oportunidad de arrepentirse de sus pecados.
Segunda lectura: Romanos 8, 26-27.
Pablo nos recuerda que no sabemos orar, pero el Espíritu nos acompaña para pedir lo que realmente nos conviene.
Evangelio: Mateo 13, 24-43 (o bien :13, 24-30).
Jesús nos da lecciones de tolerancia y paciencia. Él, que lee en los corazones, es lento a los juicios peyorativos, confía en la conversión y se reserva el juicio para el final.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Como un día el Señor bendijo los dones que Abel le ofrecía, hoy le pedimos que bendiga los trabajos, los sufrimientos y las esperanzas que traemos al altar.
Comunión
Comulgar con Cristo, es pasar del pecado a la gracia; comulgar plenamente con él, es dar un paso más comprometido de santidad y de amor al prójimo.
Despedida
El Padre Dios ha sembrado en nosotros su palabra, que es su mismo Hijo, Cristo Jesús. Nos da así la fuerza de su Espíritu para que su palabra crezca en nosotros y la anunciemos y testimoniemos en la vida cotidiana.