Domingo de Pentecostés
Solemnidad
Fiesta del Espíritu Santo, fiesta de la Iglesia
Motivación de entrada
Ninguna fiesta como Pentecostés nos recuerda que “nosotros somos Iglesia”, somos la Iglesia. La liturgia nos ofrece una oportunidad única para revivir nuestra vocación misionera.
Acto penitencial
Por las veces que hemos desoído la voz del Espíritu. Por haber olvidado el compromiso misionero de nuestra confirmación. Por haber rechazado el amor renovador del Espíritu Santo.
Colecta
El Señor renueve en todo pueblo y nación y en nuestra comunidad los prodigios de Pentecostés.
LECTURAS CICLO C
Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 1-11.
De este relato deducimos que la venida del Espíritu Santo da comienzo a la misión de la Iglesia en el mundo, hasta hacer de él una sola familia.
Segunda lectura: 1 Corintios 12, 3-7.12-13 (o bien: Romanos 8, 8-17).
La vida en el Espíritu es la vida en Dios, alejada del pecado y de todo mal deseo; es la que nos lleva a reconocer a Dios como Padre (Abbá) e ir a compartir su gloria.
Evangelio: Juan 20, 19-23 (o bien: 14, 15-16.23-26).
Jesús promete el Espíritu Santo a quienes lo aman y que el Padre lo va a enviar en su nombre; él nos revelará todas las cosas y nos recordará lo dicho por Jesús.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
El Espíritu Santo es el que santifica los dones del pan y del vino; al ofrecerlos hoy, pedimos que ese mismo Espíritu reúna a todos los pueblos en derredor del único altar.
Comunión
En el momento de la comunión hoy suplicamos: Espíritu divino, “borra nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos, y cura nuestras heridas”.
Despedida
Con Pentecostés comienza el “tiempo de la Iglesia”. Enviada a evangelizar a todo el mundo, el Espíritu de Jesús la guía y acompaña, hasta el fin. La Iglesia somos nosotros. ¡No lo olvidemos!