Motivación de entrada
La figura de Jesús, Buen Pastor, llena la liturgia de hoy. Es una invitación a orar por nuestros pastores: Papa, obispos, sacerdotes, y aprender a colaborar cordialmente en las obras de la Iglesia.
Acto penitencial
Hoy nos cuestionamos sobre la docilidad, la colaboración y la ayuda a nuestros pastores, que dirigen nuestra comunidad parroquial y diocesana: críticas, rebeldías, omisiones.
Colecta
Pedimos llegar a la felicidad eterna, con la ayuda de Jesús, nuestro Pastor.
LECTURAS CICLO A
Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 14.36-41.
Continúa hoy el discurso pentecostal de Pedro. La gente se aflige al oír de la muerte de Jesús y pregunta: ¿qué debemos hacer? La respuesta de Pedro vale también para nosotros: ¡Vuelvan a Dios!
Segunda lectura: 1 Pedro 2, 20-25.
Cristo es nuestro Pastor, cargó con nuestros pecados hasta morir en la cruz por nosotros, para que muramos al pecado también nosotros y vivamos con rectitud.
Evangelio: Juan 10, 1-10.
Jesús es el camino y la puerta hacia el Padre: el que entra por él está a salvo.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Hoy ofrecemos, junto al pan y al vino, los sufrimientos, los obstáculos, las pruebas y los logros de nuestros pastores; ofrecemos, también, los proyectos pastorales, en los cuales comprometemos nuestra colaboración.
Comunión
Al recibir a Jesús, recordemos: Ha resucitado el Buen Pastor, el que ha ofrecido la vida por nosotros. No hay otro camino para corresponder a eso sino con una generosa entrega a los hermanos.
Despedida
Salimos del templo con un real compromiso de unidad: juntos con nuestros pastores formamos la única Iglesia de Jesús. Bajo su conducción, con la fuerza del Espíritu Santo, caminamos hacia el Padre.