8° Durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
El primer lugar es para uno solo
“Nadie puede servir a dos señores”. El Señor nos instruye sobre los fundamentos que ponemos para construir nuestra vida: Dios o el dinero. El dinero no sólo incluye los billetes y las cuentas bancarias, sino también todo lo material que juzgamos indispensable para vivir. En nuestra sociedad moderna e inculturada en el consumo que promueve la publicidad, el tener es, muchas veces, más importante que el ser. Por el dinero, damos gran parte de nuestra existencia; incluso, algunos, llegan hasta perder el sentido de la vida… Dios y el dinero no son compatibles. Se excluyen recíprocamente. Donde reina uno, crecen la corrupción y el egoísmo; donde reina el otro prevalecen la salvación y la armonía del hombre, ya en esta vida. Jesús critica la excesiva ansiedad por la comida y el vestido, pero no pide a los padres la irresponsabilidad de no preocuparse por la comida y el vestido de su familia. Sí pide que haya una diferencia en el orden de las prioridades y que ese orden sea diferente entre una familia creyente y una pagana. ¿Qué lugar ocupa la caridad hacia los necesitados dentro de la familia? Ellos también necesitan comida y vestido… ¿Cómo se enseña a los hijos la confianza en la Providencia? ¿En teoría o también en situaciones más o menos dramáticas de la vida, como pueden ser las enfermedades, los accidentes, los pleitos familiares, la falta de trabajo, etc.?
En el ritmo exigente de la vida de hoy, más que nunca, el refrán “el tiempo es dinero” entra en este tesoro que debemos aprender a administrar. ¿Cómo empleamos nuestro tiempo? ¿Cuántas horas o minutos le dedicamos a “nuestro tesoro” a lo largo del día? ¿Cuánto espacio destinamos las necesidades de nuestros hermanos? ¿Cuánto le consagramos a la oración, a la lectura de la palabra? Aquí también debe notarse la diferencia entre el creyente y el pagano… Las ocupaciones y las preocupaciones de un creyente no pueden ser las mismas que las de un pagano…
Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro (Mt 6, 24).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: En nuestra celebración eucarística hoy nos orientamos hacia el Señor que nos ama con amor fiel y misericordioso.
1ª LECTURA Is 49, 14-15
Guía: Con un ejemplo de la vida cotidiana, el profeta subraya que Dios no olvida nunca a su pueblo.
Lectura del libro de Isaías.
Sión decía: «El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí». ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 61, 2-3. 6-9
R. Sólo en Dios descansa mi alma.
Sólo en Dios descansa mi alma, de Él me viene la salvación. Sólo Él es mi Roca salvadora; Él es mi baluarte: nunca vacilaré. R.
Mi salvación y mi gloria están en Dios: Él es mi Roca firme, en Dios está mi refugio. R.
Confíen en Dios constantemente, ustedes, que son su pueblo, desahoguen en Él su corazón, porque Dios es nuestro refugio. R.
2ª LECTURA 1Cor 4, 1-5
Guía: A los ministros del evangelio se les exige fidelidad y sólo Dios puede juzgar acerca de su servicio.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Los hombres deben considerarnos simplemente como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se pide a un administrador es que sea fiel. En cuanto a mí, poco me importa que me juzguen ustedes o un tribunal humano; ni siquiera yo mismo me juzgo. Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor. Por eso, no hagan juicios prematuros. Dejen que venga el Señor: Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y manifestará las intenciones secretas de los corazones. Entonces, cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.
Palabra de Dios.
ALELUIA Heb 4, 12
Aleluia. La Palabra de Dios es viva y eficaz; discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Aleluia.
EVANGELIO Mt 6, 24-34
Guía: Dios es providencia -nos recuerda el evangelio de hoy-; Dios sale a nuestro paso, si buscamos de veras su reino y su justicia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer o qué van a beber, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?» Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: La ofrenda de los dones del pan y del vino sea signo de solidaridad con nuestros hermanos y manifestación de la providencia del Padre Dios.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: En la comunión, Cristo se da a nosotros como el único bien capaz de saciar nuestra hambre y sed de Dios.
DESPEDIDA
Guía: Volvemos a nuestras tareas cotidianas, reconfortados por la palabra de Dios que nos llama a una esperanza activa para testimoniar a Jesús en el corazón del mundo.