Motivación de entrada
El fin del año litúrgico, ya cercano, nos invita a estar vigilantes, pues el Señor viene. El cristiano vive a la espera del Señor, llenando su vida de obras buenas. La eucaristía de hoy es una adecuada oportunidad para recordarlo.
Acto penitencial
Hoy pedimos perdón: por desesperarnos ante la fugacidad de la vida, en vez de asirnos a Dios; por desaprovechar las ocasiones de ayudar a los hermanos; por creernos eternos e instalarnos en el mundo.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: 1Reyes 17, 8-16.
La providencia divina se manifiesta visiblemente en este episodio del profeta Elías. El que da con generosidad y amor es gratificado por Dios con su providencia de Padre.
Segunda lectura: Hebreos 9, 24-28.
Cristo se ha ofrecido, víctima por los pecados del mundo, una sola vez. Volverá una segunda vez, no para morir, sino para quienes esperan su salvación.
Evangelio: Marcos 12, 38-44.
El trasunto del evangelio hoy es éste: dar desde nuestra pobreza, dar todo, sin remilgos y vanidad, es el secreto para comprometer la providencia del Padre Dios.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Hacemos con alegría nuestra ofrenda del pan y del vino: son dones de Dios para el banquete eucarístico de hoy, y también anticipo del banquete definitivo.
Comunión
La fuerza del Espíritu Santo, que el Padre nos ha comunicado por Jesús, transforma toda nuestra vida.
Despedida
El Señor viene, el Señor viene pronto, el Señor viene siempre: es la buena noticia que debemos anunciar a todos, como fruto de la celebración eucarística.