Motivación de entrada
El cristiano está llamado a ser levadura en medio del mundo: su inserción en las
actividades humanas debe ser plena, pero sin olvidar nunca que la meta final de la
vida es Dios.
Acto penitencial
Pedimos perdón: Por no habernos empeñado a fondo en nuestros deberes laborales.
Por la negligencia en el cumplimiento de las pequeñas cosas diarias. Por
cultivar una práctica religiosa alienante.
Lecturas Bíblicas
Primera lectura: Isaías 45, 1.4-6.
El profeta nos recuerda que Dios es el Señor de la historia y realiza su plan de
salvación con los instrumentos y maneras más impensados.
Segunda lectura: 1Tesalonisenses 1, 1-5.
Pablo saluda a la Iglesia de Tesalónica y la alaba por la vida ejemplar de sus miembros,
a quienes les recuerda que han sido elegidos por Dios.
Evangelio: Mateo 22, 15-21.
El cristiano es ciudadano del mundo y, por lo tanto, no ajeno a la cosa pública:
estado, política, etc., pero su empeño es trabajar en transformarlo desde dentro,
según el plan de Dios.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
El pan y el vino que presentamos ante altar son símbolo de unidad y de fraternidad.
Con ese espíritu, ofrecemos nuestro empeño en trabajar para construir un
mundo de hermanos.
Comunión
La íntima unión con Cristo nos ayude a vivir con plenitud la vida cotidiana y a
crecer en el conocimiento de los bienes definitivos.
Despedida
En la vuelta a nuestras ocupaciones cotidianas, tratemos de hacer realidad el
mensaje de Cristo. Que no sea algo ocasional del momento del culto, sino que
anime toda nuestra existencia.