20º durante el año. Verde.
Credo. Gloria. Prefacio dominical durante el año. Semana 4ª del Salterio.
Jesús no rechaza a nadie
Jesús se dirige a la región de Tiro y Sidón, lugar considerado impuro por los judíos, y no se deja influenciar por esta opinión. Estando, allí, es interpelado por una mujer cananea, de la cual los discípulos de Jesús querían desentenderse. Pero ella es lo suficientemente humilde e implora piedad para sí misma, aunque es su hija la que padece la enfermedad. Y se entiende, si no ¿qué madre amadora de sus hijos no se sacrificaría por ellos? Dice Jesús: No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros. Es una expresión dura, pero esta permitirá que la mentalidad de la época reaccione, ya que los judíos más tradicionalistas no querían saber nada acerca de los paganos, a los que tildaban de “perros”. Es más, estos eran considerados animales impuros y no tenían dueños ni casa. En la actualidad, nadie piensa que para ser mejor persona basta solamente con integrar al distinto, ya que existen otras formas de discriminación, como el racismo y el odio a los inmigrantes; o cómo una sociedad, cada vez más laicista (vivir sin Dios), quiere imponer sus criterios y formas de ver el mundo a los que decimos creer en Dios.
Es loable la actitud de la mujer y no le importa humillarse ante Jesús. Su valentía la coloca en el lugar de los que siempre buscan el bien de los otros y no para sí mismos. Con todo, ella insiste: los cachorros comen las migas que caen de la mesa; en su cultura, los perros también formaban parte de la familia. Y así Jesús invita a la mujer a dar un salto cualitativo, superando el prejuicio de los judíos con relación a los extranjeros. En esta actitud se ve reflejada también la experiencia de muchas personas que buscan a Dios desinteresadamente y sin ponerse en la fila de los privilegiados. No quieren sacar réditos de la fe ni ganar voluntades con oraciones o novenas, sino que desean ser personas de bien a fuerza de la virtud cristiana. Por eso, el comportamiento de la mujer ha de interpelarnos, porque su actuar solo está motivado por la fe en Jesús y el amor a su hija.
“Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!”, Mt 15, 28.
P. Fredy Peña T., ssp
1ª LECTURA Is 56, 1. 6-7
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: “Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia. Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo y se mantengan firmes en mi alianza, yo los conduciré hasta mi santa montaña y los colmaré de alegría en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. Palabra de Dios.
Comentario: En el templo del Señor nadie queda excluido, ya que Dios es Padre de todos. Si Dios es capaz de invitar a paganos, extranjeros, haciéndolos parte de lo más preciado que es compartir los sacrificios y holocaustos, ¿cómo podemos materializar esta palabra en nuestras comunidades? ¿Cómo podemos incluir a todos y que nadie quede fuera en la familia de Dios?
SALMO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor!
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.
2ª LECTURA Rom 11, 13-15. 29-32
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: A ustedes, que son de origen pagano, les aseguro que en mi condición de apóstol de los paganos, hago honor a mi ministerio provocando los celos de mis hermanos de raza, con la esperanza de salvar a algunos de ellos. Porque si la exclusión de Israel trajo consigo la reconciliación del mundo, su reintegración, ¿no será un retorno a la vida? Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables. En efecto, ustedes antes desobede-cieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia. De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ahora ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos. Palabra de Dios.
Comentario: La comunidad de Roma está compuesta por cristianos que provienen del judaísmo y del paganismo. San Pablo les señala que Dios es misericordioso y, por tanto, su misericordia se extiende para los judíos y los gentiles. El Dios que se nos revela siempre se nos muestra como un Dios que integra, reúne y, lo más importante, espera que nosotros también actuemos de la misma manera.
ALELUIA Cfr. Mt 4, 23
Aleluia. Jesús proclamaba la buena noticia del reino y sanaba todas las dolencias de la gente. Aleluia.
EVANGELIO Mt 15, 21-28
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: “¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”. Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: “¡Señor, socórreme!”. Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”. Ella respondió: “¡Y, sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”. Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!”. Y en ese momento su hija quedó sana. Palabra del Señor.
Comentario: Como toda buena mujer, la cananea pudo obtener lo que necesitaba de Jesús, porque supo pedir con insisten-cia y mantener una actitud de pobreza. Por eso, la fe ha de ser el distintivo esencial del cristiano y, por lo tanto, “universal”. Sobre todo allí, donde el don de la fe no conoce fronteras de raza, cultura o condición social.