Motivación de entrada
La misa dominical es un alto en nuestra actividad diaria para reunirnos en asamblea con los hermanos de nuestra comunidad. Oremos juntos, cantemos juntos, y juntos alimentémonos de la palabra que da la vida.
Acto penitencial
Pedimos perdón por no haber vivido bien nuestras relaciones con Dios y con nuestros hermanos: casa, trabajo, colegio, diversiones, parroquia.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: 1 Reyes 19, 9.11-13.
Dios se manifiesta en la intimidad, en el silencio, no en el ruido. Así lo experimenta el profeta Elías en el monte Horeb y vuelve reconfortado a su misión.
Segunda lectura: Romanos 9, 1-5.
Pablo ama al pueblo de Israel, que es el heredero de las promesas, y siente que no haya aceptado a Cristo. Está dispuesto a cualquier sacrificio con tal que Israel se salve.
Evangelio: Mateo 14, 22-33.
Mateo nos relata la tempestad en el lago. En el momento de la prueba la fe de los discípulos vacila, como la de Pedro. Jesús calma las olas enfurecidas, a la vez que reprende la poca fe de sus discípulos.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Los dones que presentamos –el pan y el vino– frutos de nuestro trabajo, el Señor los transformará en sacramento de salvación.
Comunión
Cristo es luz y verdad: unidos a él podemos superar las tinieblas y los errores que obstaculizan nuestro camino hacia Dios.
Despedida
La luz recibida de la palabra de Dios y la fuerza que se nos ha dado en el sacramento, son un buen viático para vivir cristianamente la semana que comienza.