18º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Lo que se comparte se multiplica
Jesús recibe la noticia de la muerte de su primo y profeta Juan Bautista. Se dirige en una barca al desierto para estar a solas. Dolor y oración. Meditación y contemplación, y decisión de seguir adelante en su camino a Jerusalén sabiendo que le esperaba la persecución.
Cuando la gente se entera, sale en su búsqueda a pie y llega antes que él. Sorpresa y compasión. El mismo corazón dolorido por la muerte de su primo es el que se compadece de la multitud. Entonces comienza inmediatamente su ministerio entre ellos, sanando, predicando, hasta el atardecer. Con el paso de las horas, la gente empieza a sentir hambre…
Los primeros en preocuparse son los discípulos. ¿Qué hacer en el desierto y con tanta gente? En esos tiempos, cuando se salía de viaje, se llevaban provisiones. Otra solución era parar en casa de conocidos y parientes. Había pocas posadas donde hospedarse y comer. Poca gente manejaba dinero. El gentío que salió en busca del Rabí que cautivaba con la Palabra y los milagros no había tenido tiempo de prevenir tantos imprevistos.
Los Apóstoles deciden sacarse el problema de encima: “Despide a la multitud”, le piden. Nada de compasión. Que cada uno se arregle y vaya a comprar donde y como pueda. Es como dejar hoy a los pobres en manos del mercado y sus leyes. Pero el Señor pide a los discípulos que les den ellos de comer con las pocas provisiones que les quedan… Cinco panes y dos pescados podían ser suficientes para ellos y el Señor. Ellos los ponen a disposición, era todo lo que podían hacer, y, después de la bendición, comienza la distribución… hasta que comieron todos. Por virtud del compartir y el milagro y no por las leyes de que cada uno se arregle como pueda, alcanza y sobra.
Todos los días pedimos el pan en la oración… En realidad, los que tienen hambre están a merced del mercado y de los pocos cristianos o no que comparten y reparten el propio pan. El milagro de la multiplicación de los panes puede volver a repetirse hoy. “Denles ustedes de comer” (Mt 14, 16).
P. Aderico Dolzani, ssp.
Motivación de entrada
Guía: Nada mejor para prepararnos a la eucaristía de hoy que el Salmo 69: “Oh Dios, ven a salvarnos, Señor date prisa en socorrernos; tú eres nuestro auxilio, no tardes”.
1ª Lectura Is 55, 1-3
Guía: Dios prepara un banquete para su pueblo e invita a todos a comer de su palabra y a estrechar con él una alianza eterna.
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche. ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares. Presten atención, y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. Palabra de Dios.
Salmo Sal 144, 8-9. 15-18
R. Abres tu mano, Señor, y nos colmas de tus bienes.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Los ojos de todos esperan en ti, y Tú les das la comida a su tiempo; abres tu mano y colmas de favores a todos los vivientes. R.
El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones; está cerca de aquéllos que lo invocan, de aquéllos que lo invocan de verdad. R.
2ª Lectura Rom 8, 35. 37-39
Guía: Pablo afirma que nada ni nadie podrá separarlo del amor de Cristo: ni en la vida ni en la muerte. Claro ejemplo para los cristianos de todos los tiempos.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: ¿Quién podrá separamos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a Aquél que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 4, 4
Aleluia. El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluia.
Evangelio Mt 14, 13-21
Guía: Jesús siente compasión por la gente que le sigue, ávida de su palabra. La multiplicación de los panes encierra múltiples lecciones: alusión a la eucaristía e invitación a compartir con las personas.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, sanó a los enfermos. Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: “Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos”. Pero Jesús les dijo: “No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos”. Ellos respondieron: “Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados”. “Tráiganmelos aquí”, les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El pan y el vino que presentamos al altar sean símbolos de nuestra hambre y sed de Dios.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Reflexionemos con la palabra de Dios: Nos diste, Señor, un pan del cielo, un pan que contiene todo deleite y satisface todo deseo.
DESPEDIDA
Guía: El Señor nos ha hablado, nos ha alimentado con su eucaristía; así fortalecidos, anunciemos a todos el amor salvador de Cristo.