Motivación de entrada
La eucaristía de hoy nos ofrece una buena oportunidad para reflexionar sobre el Reino de Dios; también para comprometernos en su realización y orar por la Iglesia, que no es el Reino, pero “en la tierra constituye el germen y el inicio de ese Reino” (LG 5).
Acto penitencial
Por haber repetido muchas veces: ¡Venga tu Reino a nosotros!, y no haber trabajado por hacer el mundo y nuestra realidad cotidiana algo más humano, acorde al Reino de Dios.
LECTURAS BÍBLICAS
Primera lectura: 2Reyes 4, 42-44.
El profeta Eliseo, anticipando los tiempos mesiánicos, multiplica los panes: la gente comió e incluso sobró, según la palabra del Señor.
Segunda lectura: Éfesios 4, 1-6.
El cristiano es el hombre que busca y construye la unidad. Pablo hoy nos ofrece el fundamento teológico de la misma: un solo cuerpo, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
Evangelio: Juan 6, 1-15.
La multiplicación de los panes por parte de Jesús, que bastan para tanta gente e incluso sobra, es un signo anticipador del pan eucarístico.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Los dones que llevarnos hoy al altar quieren significar los bienes del Reino, por el cual estamos dispuestos a sacrificarlo todo.
Comunión
San Pablo nos acompaña en nuestra comunión con Cristo que nos amó y se entregó por nosotros (Gálatas 2, 20). Si amor con amor se paga, no nos queda otro camino que la entrega generosa y total.
Despedida
Anunciarnos a todos que el Reino es un don de Dios, pero también tarea nuestra, nunca acabada. El Reino es Jesús que viene a nuestra vida y a la del mundo. ¡Abrámosle las puertas!