6º domingo durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año. Semana 2ª del Salterio.
Pero yo les digo
Después de enseñar las bienaventuranzas, Jesús continuó anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios a la multitud, indicando las reglas para ser miembros de la comunidad que se congrega en su nombre.
La Ley de la Antigua Alianza continúa vigente, pero la perfección no está más en el cumplimiento exterior, sino en el corazón del hombre y en el respeto a las personas como imágenes de Dios.
Jesús, que enseñaba la validez del sábado y la Ley, no duda en transgredir el reposo santo para hacer obras buenas como sanar o perdonar a las personas. Era su manera de enseñar poniendo en práctica las palabras que pronunciaba. Una forma de llegar al corazón de la Ley dada por Dios y no a su reglamentación o tradición humana.
El Señor es un maestro en situar el corazón en el centro del hombre. “No matarás”, pero la perfección está en no tener rabias ni rencores porque allí se genera la decisión del homicida. Allí está la fuente del bien y mal comportamiento y de donde salen las palabras, los gestos, y hasta la saña que mata. Allí se aloja la raíz de la muerte y de la vida. El odio mata más que las armas.
El Señor también es un maestro en el arte de colocar en el centro al prójimo. El adulterio o la violación es la acción externa con que ofendemos gravemente a una mujer, a un hombre, a un menor. Pero la raíz del mal anida en nuestro interior cuando deseamos autocomplacernos sin amar ni respetar a la otra persona. Así llegamos a pecar contra nuestro prójimo, que Dios hizo a su imagen y semejanza, reduciéndolo a una mercancía que se usa y se tira.
Jesús declara que si no trabajamos seriamente en el centro de nosotros mismos para tener un corazón puro que nos haga felices y no ponemos en el centro de nuestro interés al hermano, no somos dignos de él ni ciudadanos de su Reino.
“Ustedes han oído que se dijo… Pero yo les digo”, (Mt 5. 16-17).
P. Aderico dolzani, ssp.
1ª LECTURA Ecli 15, 15-20
Lectura del libro del Eclesiástico.
Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que agrada al Señor. Él puso ante ti el fuego y el agua: hacia lo que quieras, extenderás tu mano. Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera. Porque grande es la sabiduría del Señor, él es fuerte y poderoso, y ve todas las cosas. Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y él conoce todas las obras del hombre. A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar. Palabra de Dios.
Comentario: Dios creó al hombre responsable de sus actos. El hombre es libre de elegir el bien o el mal. Pero Dios, como padre misericordioso, siempre perdonará nuestras faltas y nos recibirá de regreso a casa con una fiesta.
SALMO Sal 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34
R. Felices los que siguen la ley del Señor:
Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor. Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón. R.
Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. ¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos! R.
Sé bueno con tu servidor, para que yo viva y pueda cumplir tu palabra. Abre mis ojos, para que contemple las maravillas de tu ley. R.
Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos, y yo los cumpliré a la perfección. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón. R.
2ª LECTURA 1Cor 2, 6-10
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción. Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquélla que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria. Nosotros anunciamos, como dice la escritura, “lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman”. Dios nos reveló todo esto por medio del espíritu, porque el espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. Palabra de Dios.
Comentario: Pablo contrapone sus propios dones: puede enseñar verdades esenciales que no necesitan de muchas palabras, pero que sólo pueden ser presentadas por aquellos que han tenido la experiencia del Dios viviente.
ALELUIA Cfr. Mt 11, 25
Aleluia. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluia.
EVANGELIO Mt 5, 17-37
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. el que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: “No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal”. Pero yo les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el Tribunal. Y el que lo maldice, merece el infierno. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo les digo: el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. También se dijo: “el que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio”. Pero yo les digo: el que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: “No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan “sí”, que sea sí, y cuando digan “no”, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno. Palabra del Señor.
Comentario: “Ustedes han oído, pero yo les digo”…Jesús no cuestiona las exigencias de la Biblia ni intenta hacer un comentario sobre ellas: la ley de Cristo es un llamado a la purificación del corazón, es decir, de nuestras intenciones y deseos. Una lucidez que nace de una mirada puesta en Dios.