La Santísima Trinidad (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio propio.
Dios es vínculo de amor
La Solemnidad de la Santísima Trinidad es la declaración de nuestra fe trinitaria: un solo Dios y tres personas distintas. ¿Cómo entender esta triada familiar? El Padre es el que da contención y seguridad al grupo familiar; el Hijo obedece y respeta la autoridad del Padre; y el Espíritu Santo es la relación de amor que viven el Padre y el Hijo. La tarea de Jesús y de su Iglesia consiste en revelar que este Dios personal y amoroso es realmente familia, pero también comunión de amor para los que aún no abren su corazón a tamaño misterio.
Cuando nos bautizaron quedamos signados con un nombre y apellido. El nombre dice quiénes somos; y el apellido, la familia a la cual pertenecemos. Somos hijos de nuestros padres, tenemos hermanos y hermanas. Es decir, no solo individuos sino personas con una familia e identidad. Al referirnos a Jesús, su nombre merece toda nuestra consideración, puesto que fue el nombre señalado por el Ángel, antes de ser concebido para indicar su misión e identidad. Ser Hijo de Dios le significó ser eterno como su Padre y el mismo Espíritu Santo. Lo eterno entendido como lo que permanece en el tiempo, es decir, como el recuerdo de los seres queridos, que son imborrables y trascienden más allá del tiempo y del espacio.
El Dios en que confiamos, creó el mundo y dio el don de su vida a su Hijo. Su Hijo respondió al don siendo fiel y semejante al hombre, menos en el pecado. A su vez, el Espíritu Santo ha permanecido en la creación, insuflando vida en la venida del Hijo, aguardando hasta que este ascendiera para irrumpir en el nacimiento de la comunidad de los creyentes, su Iglesia. Estos tres nombres personales de Dios nos dicen que él es relación de personas; por lo tanto, Dios no es alguien que está solo. El Dios en el cual asentimos es todopoderoso, vive en relación y anhela compartir con nosotros sus riquezas. A través del Bautismo, Dios nos quiso atraer a su vida familiar como hijos suyos, en Cristo Jesús, para que, a imagen de la Trinidad Santa, formemos una familia y una comunidad de amor como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
“Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único…”, Jn 3, 16.
P. Fredy Peña, ssp.
1ª LECTURA Éx 34, 4-6. 8-9
Lectura del libro del Éxodo.
En aquellos días: Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos. El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: “El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad”. Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: “Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia”. Palabra de Dios.
Comentario: Dios se revela como un Dios de amor y providente, atento a las necesidades de su pueblo. A su vez, Moisés reafirma su culto a Dios como el único Dios al cual se debe rendir tributo. El pueblo hace su experiencia de Dios, por medio de una Alianza de Amor entre Dios y la humanidad.
SALMO Dn 3, 52-56
R. A ti, eternamente, gloria y honor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre, alabado y exaltado eternamente. R.
Bendito seas en el Templo de tu santa gloria, aclamado y glorificado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el trono de tu Reino, aclamado por encima de todo y exaltado eternamente. R.
Bendito seas Tú, que sondeas los abismos y te sientas sobre los querubines, alabado y exaltado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el firmamento del cielo, aclamado y glorificado eternamente. R.
2ª LECTURA 2Cor 13, 11-13
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes. Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes. Palabra de Dios.
Comentario: Las circunstancias por las que atravesaban los de Corinto hacen de este gesto algo más que un saludo. Por tanto, la alegría en Pablo tiene siempre un sentido cristiano, que se manifiesta en la unión, la paz y la armonía comunitaria.
ALELUIA Cfr. Apoc 1, 8
Aleluia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluia.
EVANGELIO Jn 3, 16-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Dijo Jesús: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Palabra del Señor.
Comentario: Dios envía a su Hijo al mundo para que la humanidad pueda salvarse. Su oferta de salvación debe ser aceptada en la fe; lo contrario constituye quedar en las tinieblas y privarse de vivir en la verdad y comunión con Jesús.