Santa María, Madre de Dios (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de la Virgen maría I. Año Nuevo. Jornada mundial de la paz.
La identidad del recién nacido
“Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción”; así describe el evangelista la identidad del recién nacido que hasta ese momento no había sido nombrado. Para nuestra cultura, el nombre es solo un dato anagráfico, y se elige por lo lindo que suena, porque está de moda o porque lo tienen ciertos personajes del deporte, la política o la cultura. Otras veces, para seguir una tradición familiar en la que algunos nombres se repiten durante siglos.
En la Sagrada Escritura, el nombre identifica también la vocación y la misión del recién nacido o representa una situación en la historia de la salvación. Cuando Dios llama a una misión especial, muchas veces cambia el nombre del elegido: Abram (padre exaltado) por Abraham (padre de multitudes); Sarai (princesa) por Sara (princesa de todo el mundo). Lo mismo sucederá con Pedro, Pablo y otros apóstoles en el Nuevo Testamento.
Cuando bautizamos un bebé, estamos presentando a Dios a alguien que él llamó a la vida y le dio una misión. Nosotros, asumimos la tarea de secundar la voluntad divina y no podemos tomar a la ligera la identidad del nuevo cristiano.
María puso a su hijo el nombre de Jesús, el que le había dado el Ángel antes de su concepción y que significa Dios salva o Salvador. El nombre ya identifica la vocación y la misión del Mesías.
Lucas nos relata también lo que sucede en esos ocho días, como si fuera una nueva creación o una Pascua. Así se cumple el tiempo, y llega la perfección. María recordaba y meditaba en su corazón todo lo que ocurría. Hoy somos nosotros los que tenemos que guardar estas cosas, en nuestro corazón, y meditarlas para darle al recién nacido una morada.
“Ocho días después, … se le puso el nombre de Jesús”, Lc 2, 21.
P. Aderico dolzani, ssp.
1ª LECTURA Núm 6, 22-27
Lectura del libro de los Números.
El Señor dijo a Moisés: “Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: ‘Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz’. Que ellos invoquen mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré”. Palabra de Dios.
Comentario: Una bendición implica un cuidado muy especial, una atención amorosa y un deseo de una larga y buena vida. La bendición de Dios no solo la recibe Moisés y el pueblo de Dios en el desierto, sino también llega a todos nosotros hoy, superando las barreras del tiempo y el espacio.
SALmO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria, entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. El Señor tenga piedad y nos bendiga. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor; que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.
2ª LECTURA Gál 4, 4-7
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: cuando se cumplió el tiempo establecido, dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley, para redimir a los que estaban sometidos a la ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que dios infundió en nuestros corazones el espíritu de su Hijo, que clama a dios llamándolo: ¡Abba!, es decir: ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de dios. Palabra de Dios.
Comentario: María ocupa un lugar destacado en el plan de Dios: ser la madre de quien habría de llevar a plenitud la promesa de la salvación. Su maternidad nos brindó una nueva filiación: todos somos hijos de Dios.
ALELUIA Heb 1, 1-2
Aleluia. después de haber hablado a nuestros padres por medio de los profetas, en este tiempo final, dios nos habló por medio de su Hijo. Aleluia.
EVANGELIO Lc 2, 16-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en un pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban, quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.
Comentario: José y María cumplen con la ley judía, que incluía la circuncisión como incorporación del recién nacido al pueblo de la promesa. El niño era un verdadero judío y así fue el plan de Dios: encarnarse en medio de su pueblo, asumiendo el contexto social en el que había nacido su Hijo.