De la feria. Verde. Santos Ponciano e Hipólito, mártires. (ML). Rojo.
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés dijo estas palabras a todo Israel: «Ya tengo ciento veinte años. En adelante no podré ejercer ninguna actividad; además, el Señor me dijo: “Tú no pasarás el Jordán”. El Señor, tu Dios, es el que cruzará delante de ti; Él eliminará de tu presencia a todas esas naciones, y tú las desposeerás de sus dominios. Será Josué el que cruzará al frente de ti, como el Señor lo ha ordenado. El Señor tratará a esas naciones como trató a Sijón y a Og –los reyes amorreos– y a sus países, cuando los destruyó por completo. Él las pondrá en tus manos, y entonces ustedes deberán comportarse con ellas conforme a la orden que les di. ¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellas. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y Él no te abandonará ni te dejará desamparado». Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: «Sé fuerte y valiente. Tú irás con este pueblo hasta la tierra que el Señor les dará, porque así lo juró a sus padres, y tú los pondrás en posesión de ella. El Señor irá delante de ti; Él estará contigo y no te abandonará ni te dejará desamparado. No temas ni te acobardes».
Palabra de Dios.
Comentario: En el traspaso del mando, Moisés transmite a Josué toda su personalidad y mística. No se nota aquí un vacío de poder ni de fidelidad a Dios. Josué se convertirá desde ahora en el nuevo guía del pueblo. ¿Qué tipo de relevos dejo en mi familia o en mi comunidad? ¿Aseguro una continuidad en aquello que creemos y vivimos?
R. ¡La herencia del Señor es su pueblo!
Yo voy a proclamar el Nombre del Señor: ¡den gloria a nuestro Dios! Él es la Roca: su obra es perfecta. R.
Acuérdate de los días lejanos, considera las épocas pasadas; pregúntale a tu padre, y él te informará, a los ancianos, y ellos te lo dirán. R.
Cuando el Altísimo dio una herencia a cada nación, cuando distribuyó a los hombres, Él fijó las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Dios. R.
Pero la parte del Señor es su pueblo, la porción de su herencia es Jacob. El Señor solo lo condujo, no había a su lado ningún dios extranjero. R.
ALELUYA Mt 11, 29
Aleluya. «Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón», dice el Señor. Aleluya.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?» Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian y no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños».
Palabra del Señor.
Comentario: Ser y comportarse como hijos de Dios nos exige conversión, requiere contar con los valores de los niños. Jesús no apunta a su inocencia, sino a la humildad de los pequeños. El niño depende de sus padres y como cristianos igualmente estamos en las manos paternas de Dios. Somos hijos de Dios y hermanos de Jesús.