De la feria. Verde.
Santa Isabel de Portugal (ML). Blanco.
Semana 14ª durante el año – Semana II del Salterio.
LECTURA Os 2, 16-18. 21-22
Lectura de la profecía de Oseas.
Así habla el Señor: “Yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón. Allí, ella responderá como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. Aquel día –oráculo del Señor– tú me llamarás: ‘Mi Esposo’ y ya no me llamarás: ‘Mi Baal’. Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, en el amor y la misericordia; te desposaré en la fidelidad, y tú conocerás al Señor”. Palabra de Dios.
Comentario: Por medio del Profeta, el Señor desea reencontrarse con su Pueblo, estableciendo con él y las personas, un nuevo vínculo (alianza) similar al matrimonial. De la misma manera, cuando nos alejamos de sus caminos, él nos busca para regalarnos la alegría de su misericordia.
SALMO Sal 144, 2-9
R. ¡El Señor es bondadoso y compasivo!
Señor, día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! R.
Cada generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos: ellas hablan del esplendor de tu gloria, y yo tambien cantaré tus maravillas. R.
Ellas publican tus tremendos prodigios y narran tus grandes proezas; divulgan el recuerdo de tu inmensa bondad y cantan alegres por tu victoria. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
ALELUIA Cfr. 2Tim 1, 10
Aleluia. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluia.
EVANGELIO Mt 9, 18-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Se presentó a Jesús un alto jefe y, postrándose ante Él, le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá”. Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. Entonces se le acercó por detras una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, pensando: “Con sólo tocar su manto, quedaré sana”. Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: “Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado”. Y desde ese instante la mujer quedó sana. Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo: “Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme”. Y se reían de Él. Cuando hicieron salir a la gente, Él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región. Palabra del Señor.
Comentario: Superando todas las barreras sociales, aquella mujer llega hasta Jesús y es sanada. De la misma manera, Jesús responde a la fe del funcionario que le pide por su hija muerta. Quien cree en Jesús experimenta aquellos milagros, que aún hoy realiza por medio de sus actuales discípulos y misioneros.