La posibilidad de vivir nuevas experiencias, y aprender de otras culturas es la invitación que la edición número 193 de Revista Cuadernos de Espiritualidad trae para la reflexión bajo el título “Integrar el cuerpo a la oración”, escrito por Juan Pablo Cárcamo, s.j.
Por medio de este número se intenta responder a muchos de los cuestionamientos que han aparecido en ambientes de la Iglesia respecto a la entrada, a veces brusca y contaminada por el comercio, de las experiencias de espiritualidad que provienen de Oriente. Oriente se caracteriza por hacer muy presente el uso del cuerpo, y sus sensaciones para la vida espiritual, lo que Occidente mira, o ha mirado, con cierta duda. El objetivo de este documento es prestar nuevos argumentos para el discernimiento respecto de si estas expresiones pueden ayudar o no a la vida espiritual del hombre, y en qué medida pueden también generar cierta confusión al cristiano que busca una “experiencia” de Dios.
De ahí la importancia de rescatar la mirada de Oriente, cuyas tradiciones persisten y llaman a muchos ajenos a conocer una dimensión espiritual distinta y profundamente enriquecedora en tanto propone un modelo ideal para el hombre de hoy, que vive sin respuestas, acelerado y agobiado.
A través de las páginas se intenta dar a conocer que tanto cuerpo como espíritu son elementos constitutivos de la oración cristiana. Donde, expresa el autor, “el cuerpo es más que un cascarón que envuelve la vida espiritual, no es un ente separado del espíritu, y no se entra a la oración dejando aparte la corporalidad, sino más bien al contrario integrando ambas dimensiones; sin separación y sin confusión”.
Lo interesante de este número de Cuaderno de Espiritualidad es su carácter abierto y dispuesto a entregar diferentes caminos de integración sobre la dualidad alma y cuerpo, recabando en detalles un tanto desconocidos acerca de la oración cristiana en sí misma, y ayudando al lector a rescatar el uso de los sentidos en el encuentro de diálogo con Dios.