En atención a las recientes indicaciones de la autoridad sanitaria del país sobre la prevención de contagios de Coronavirus, la Arquidiócesis de Santiago informa a la comunidad de fieles la decisión de suspender temporalmente todos los encuentros masivos arquidiocesanos que sobrepasen la asistencia de 500 personas, entre ellos, la Jornada de Inicio de Año Pastoral del 21 de marzo; la Jornada de Laicos programada para el 28 de marzo; y la Peregrinación Juvenil en el cerro san Cristobal, del 5 de abril próximo.
Mientras perdure la situación de contagio, se dispensa del precepto dominical a las personas consideradas de riesgo. En este sentido aconsejamos a quienes padecen enfermedades crónicas, personas ancianas, debilitadas o con vulnerabilidad de salud, y a quienes conviven con ellas, se abstengan de acudir a la celebración de la Eucaristía, y que puedan participar de la misa siguiéndola por televisión, radio o medios digitales.
Se suman también las recomendaciones ya entregadas en días anteriores, a saber: Realizar el rito de la paz con un gesto, evitando el contacto físico; recibir la comunión en la mano; y en el caso de las parroquias, renovar diariamente el agua de la pila bautismal.
Sugerimos, finalmente, que las iglesias permanezcan abiertas para permitir la oración, y que en este tiempo de Cuaresma, los sacerdotes estén especialmente disponibles para el acompañamiento y la confesión, guardando las distancias prudentes recomendadas.
Estas indicaciones podrán ser actualizadas en los próximos días o semanas y se mantendrán vigentes hasta que las autoridades sanitarias establezcan la suficiente remisión del contagio.
Nuevamente pedimos a todos respetar rigurosamente las indicaciones que nos vaya dando el Ministerio de Salud para hacer frente a esta crisis sanitaria. Respecto a situaciones o consultas específicas para celebraciones en templos o santuarios, les pedimos consultar al mail comunicaciones@iglesiadesantiago.cl
Animamos vivamente a toda la comunidad eclesial a hacer oración pidiendo por el pronto restablecimiento de los enfermos; también pidamos por los médicos y científicos, para que puedan encontrar pronto una cura para esta enfermedad y sus consecuencias.
Hagamos nuestra la oración que el Papa Francisco nos invita a rezar en estos momentos:
“Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos con la voluntad del Padre y a hacer lo que nos diga Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas, que estamos en la prueba, y líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén”.
+ Cristián Roncagliolo Pacheco
Vicario General