“El Pueblo santo de Dios nos mira y espera de nosotros, no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas”. Esta fue una de las frases que el Papa Francisco dirigió a todos los representantes de la Iglesia universal reunidos en Roma el encuentro sobre “La protección de los menores en la Iglesia”, que se desarrollará en el Vaticano entre el 21 al 24 de febrero.
En la apertura, el Santo Padre invitó a los presentes a ponerse en manos del Espíritu Santo, para actuar con fe, valentía y concreción, con el fin de tomar conciencia y buscar soluciones a este problema. “Le pido al Espíritu Santo que nos sostenga en estos días y que nos ayude a transformar este mal en una oportunidad para la toma de conciencia y para la purificación. Que la Virgen María nos ilumine para tratar de curar las heridas graves que el escándalo de la pedofilia ha causado tanto en los niños como en los creyentes”, señaló.
“He querido interpelaros a todos vosotros, patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos, superiores religiosos y responsables, para que juntos nos pongamos a la escucha del Espíritu Santo y dóciles a su guía escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia. En este encuentro sentimos el peso de la responsabilidad pastoral y eclesial, que nos obliga a discutir juntos, de manera sinodal, sincera y profunda, sobre cómo enfrentar este mal que aflige a la Iglesia y la humanidad. El Pueblo santo de Dios nos mira y espera de nosotros, no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas. Es necesario concreción”, les dijo a todos los presentes, al tiempo que puso en sus manos algunos criterios a considerar durante las jornadas de trabajo, los que fueron formulados por las distintas Comisiones y Conferencias Episcopales y que constituirán, en sus palabras, “un sencillo punto de partida, que viene de vosotros y vuelve a vosotros, y que no quita la creatividad que debe tener este encuentro”.
Participan en el encuentro los presidentes de las conferencias episcopales de la Iglesia Católica, los jefes de las Iglesias Católicas Orientales, los representantes de la Unión de Superiores Generales y de la Unión Internacional de Superioras Generales, miembros de la Curia Romana y el Consejo de Cardenales. Se desarrollarán tres jornadas de discusión, cada una con un tema específico: la responsabilidad de los obispos, la así llamada “accountability”, es decir, a quien los obispos y los superiores de las Órdenes religiosas deben rendir cuentas y por último, la transparencia.
Durante los días de encuentro, se presentarán tres relaciones diarias, algunas de las cuales serán presentadas por mujeres, dos laicas y una religiosa, a las que seguirán preguntas y respuestas por la mañana y trabajos de grupo. Además, habrá lugar para testimonios de sobrevivientes y momentos de oración en apertura y cierre de las jornadas. El esquema de trabajo se repetirá los tres primeros días, con la variante del sábado, cuando los participantes, concluidos los trabajos, se dirigirán por la tarde a la Sala Regia para participar en la Liturgia Penitencial presidida por el Papa. El Domingo 24, el Encuentro se concluirá con la Celebración Eucarística en la Sala Regia, presidida por Francisco. La homilía estará a cargo del arzobispo Mark Coleridge, Presidente de la Conferencia Episcopal australiana.