Con fervor y alegría se prepararon con antelación venezolanos residentes en La Serena y Coquimbo, para celebrar el domingo 29 de octubre en la Eucaristía del medio día del Templo Catedral, a un hijo de su pueblo querido y venerado, el beato Dr. José Gregorio Hernández.
Rafael Raga, inmigrante venezolano desde hace 5 años -residente en La Serena- le emociona al recordar que vivió junto a su familia a tan solo 10 kilómetros del pueblo de Isnotú, lugar donde naciera el beato, tratado con cariño de “Goyito”: “Quiero destacar la gran labor que el beato realizó en favor de los pobres, un legado que ha dejado una huella imborrable en la historia de Venezuela y el mundo. Su dedicación y amor por los menos afortunados son un ejemplo de caridad y compasión que sigue inspirando a generaciones. La misa de celebración en honor al “Beato” adquiere un significado especial en mi vida, ya que nací en el estado Trujillo, muy cerca del pueblo de Isnotú. La labor del beato José Gregorio Hernández nos recuerda que la verdadera grandeza se encuentra en servir a los demás, especialmente a los más necesitados”.
Angélica Araviche D’Addio, profesional de la Salud que desempeña sus labores en el CESFAM “Sergio Aguilar” de la comuna de Coquimbo, expresa con gran estima, fe y veneración, la vocación de servicio que tuviera el Dr. Hernández para con los pobres: “Como médico venezolana, es un honor para mí compartir el legado que el beato Dr. José Gregorio Hernández deja para todos los profesionales de la salud. Su vida y obra son una fuente inagotable de inspiración y guía en nuestra vocación de sanadores. Dedicó su vida a aliviar el sufrimiento de los enfermos que no contaban con los recursos económicos, demostrando un profundo compromiso
con la atención médica y la compasión. Su labor nos recuerda que la medicina no es solo una ciencia, sino también un acto de servicio y humanidad. En momentos de desafío y agotamiento, su ejemplo nos impulsa a perseverar con humildad y devoción”.
En parte de su homilía en la santa Misa que presidiera el arzobispo René Rebolledo Salinas este domingo 29, a partir del evangelio proclamado, de Mateo 22, 34 – 40, manifestó: “En la vida del beato José Gregorio, el Señor nos manifiesta amor y bondad para con todos nosotros, en particular al pueblo venezolano. ¡La fuente del amor es Dios!. El amor verdadero nace en Dios y el hombre está llamado a reflejarlo. Y el amor al prójimo es expresión del amor a Dios, que no se puede concretar sin la gracia de Dios que es su fuente. No conozco en profundidad la vida del beato, pero por el testimonio de la querida comunidad venezolana en La Serena, el beato es apreciado por haber amado profundamente al Señor y tanto a los hermanos”.
Con fervor y devoción, la comunidad oró ante la imagen del beato “¡Oh Señor Dios mío, Todopoderoso! Que tanto has bendecido a tu amado siervo José Gregorio, y que por tu gran misericordia le has dado el poder de curar enfermos y socorrer a los necesitados, concédele Señor la gracia de curarme como médico espiritual de mi alma y de mi cuerpo, si ha de ser para tu gloria”.